Cuando a finales del septiembre pasado Google anunció el final de Stadia, algunos sólo pudieron pensar: "ya era hora"; el proyecto de videojuegos en la nube no había conseguido convencer a los jugadores de que iba a ser el futuro de los videojuegos. Irónicamente, y como ocurre a menudo con Google, si la compañía se hubiera esperado sólo un poco, tendría muchos más argumentos a su favor. Y es que, apenas unos meses después del cierre de Stadia, el mercado se está llenando de productos basados en el mismo concepto. La Logitech G Cloud, por 359 euros, es tal vez uno de los mejores ejemplos de este cambio en el mercado, permitiendo jugar a Xbox en cualquier parte.
La G Cloud, como su nombre indica, es una consola de videojuegos centrada en la nube. Eso significa que no está diseñada para ejecutar juegos de manera local, con el 'hardware' del dispositivo; en vez de eso, los juegos se ejecutan en servidores externos, la llamada 'nube', que son los que hacen el trabajo duro. La consola sólo necesita una conexión estable a Internet para mostrar el juego y recibir los comandos del jugador. En ese sentido, es similar a la Razer Edge.
Como todo, suena simple, aunque en realidad no lo sea. El mero concepto de una consola basada en la nube es algo demasiado futurista para el jugador medio, acostumbrado a consolas tradicionales y a descargar sus juegos en el ordenador. Logitech, y el resto de los fabricantes que han apostado por este formato, tienen mucho trabajo por delante; EL ESPAÑOL - El Androide Libre, ha tenido la oportunidad de comprobar si esta idea tiene sentido hoy en día.
Consola para jugar en la nube
Jugar con un servicio en la nube es algo muy diferente a hacerlo con un juego instalado en nuestro dispositivo. Para empezar, tienes un nuevo requisito: una conexión a Internet rápida y estable, ya que la app tendrá que reproducir vídeo y subir tus comandos, todo en tiempo real y con la menor latencia posible. Cualquier pequeño fallo en la red, y acabarás notando 'saltos', fallos gráficos, o en el peor de los casos, se desconectará completamente y no podrás seguir jugando.
La G Cloud cuenta con una radio Wi-Fi de doble banda para evitar este tipo de problemas, aunque, sorprendentemente, no tiene conectividad 5G. Eso significa que esta consola también fue la oportunidad de probar el gran inconveniente del juego en la nube: si no tienes conexión, no tienes juego. La G Cloud sólo tiene sentido si vas a jugar en una zona con conectividad WiFi; y pierde mucho potencial (aunque no todo) si la quieres para jugar en un sitio aislado, como en un viaje en coche, por ejemplo. Es cierto que no es un problema tan grave como lo sería hace unos años, pero es extraño que Logitech no haya intentado solucionarlo con una conexión 5G; sólo podemos elucubrar que los costes están tras esta decisión.
La buena noticia es que, una vez que tienes claro el problema del juego en la nube, todo son ventajas; de hecho, me atrevería a decir que la G Cloud es una de las mejores maneras de disfrutar de los mejores juegos, pagando muy poco y con acceso a los últimos lanzamientos. Y es que, con una buena conexión WiFi, la experiencia es similar a tener una especie de Xbox portátil, con la que poder jugar incluso a los juegos de ordenador más exigentes.
Como una Xbox portátil
Y es que los servicios de juego en la nube que quedan en el mercado ya han alcanzado un nivel de madurez muy elevado. Por ejemplo, con una suscripción de Xbox Game Pass Ultimate, que cuesta 14,99 euros, es posible disfrutar de cientos de juegos de Xbox en nuestro dispositivo, con una experiencia idéntica a la de las últimas consolas de Microsoft.
Y sí, eso también significa disfrutar de unos gráficos de última generación que son imposibles en un móvil actual, mucho menos uno con un precio de 359 euros. En nuestras pruebas, hemos podido jugar a superventas como Grand Theft Auto 5, Forza Horizon 5, Doom Eternal, o Flight Simulator; todos son juegos que no están disponibles para móviles y que requieren una consola o un ordenador gaming, pero que he podido jugar en este pequeño dispositivo portátil sin problemas. Otro servicio preinstalado es GeForce Now, que se sincroniza con tu biblioteca de juegos en plataformas como Steam y permite jugarlos en la nube. Y hablando de Steam, también se incluye la app Steam Link, que permite sincronizar nuestro ordenador gaming y jugar a cualquier título de nuestra biblioteca de juegos; eso, siempre por WiFi local, por supuesto.
La experiencia de juego con la G Cloud con los servicios en la nube ha sido muy buena. Las apps han detectado los controles integrados sin problemas, y hemos podido usar la interfaz como si fuese una Xbox u otra consola convencional. En las partidas, es cierto que hemos notado los problemas típicos de estas plataformas, como vídeo que pierde calidad de manera intermitente, pero sólo en ocasiones contadas; en la mayoría de las ocasiones, no es muy diferente a jugar con una consola 'real', y ese es el gran punto fuerte no sólo de esta consola, también del concepto de la nube en general.
Sigue siendo un Android
A veces, cuando usamos la Logitech G Cloud, es fácil olvidar que estamos ante, básicamente, una tablet Android con mandos. De hecho, el único momento en el que esto es evidente es en el primer arranque, cuando debemos configurar el dispositivo exactamente igual que si fuese una tablet o móvil Android; pero cuando termina la configuración, entra en marcha la interfaz diseñada por Logitech, diseñada para ser usada directamente con los mandos integrados (aunque la pantalla táctil sigue siendo una opción).
Esta interfaz reparte mejor el espacio disponible, en vez de depender de pequeños iconos como en una tablet. Hasta los menús de configuración se han adaptado a este tipo de control. Uno de nuestros detalles favoritos es la posibilidad de marcar una app como favorita, para que esté siempre disponible desde una barra inferior. A cambio, el único detalle realmente molesto es que absolutamente todas las interacciones (pulsar un botón, tocar la pantalla) producen un sonido por defecto; afortunadamente, se puede desactivar antes de volvernos locos.
Pese a todas estas modificaciones, en el fondo, sigue siendo un dispositivo Android, para lo malo, pero especialmente para lo bueno. Y es que una de las apps preinstaladas es la Google Play Store, desde la que podemos instalar todas las apps habituales; aunque esta es una consola, no hay nada que nos impida instalar nuestras apps de redes sociales, por ejemplo, e incluso trabajar conectando un teclado. Por supuesto, también tenemos acceso al catálogo de juegos disponible en Google Play, pero es entonces cuando nos damos de bruces con la gran limitación de diseño de la G Cloud: su 'hardware'.
Logitech ha optado por un Snapdragon 720G de ocho núcleos, que es competente y más que suficiente para juegos en la nube, pero que se queda corto a la hora de ejecutar los juegos de Android más exigentes. En nuestras pruebas, tuvo dificultades para 'mover' juegos como Genshin Impact y Honkai Star Rail, y aunque otros títulos como Asphalt 8 se comportó mejor, en ningún momento las tasas de frame alcanzaron niveles adecuados para una experiencia 'gaming' real. Los títulos menos exigentes, y que no usen tantos gráficos 3D, irán mejor.
Tal vez lo mejor de esta experiencia jugando con juegos de Android está en los controles; algunas apps los reconocieron directamente, y para las que no son capaces, Logitech ha implementado una app que permite asociar toques en la pantalla con botones; funciona sorprendentemente bien.
Así es la Logitech G Cloud
A simple vista, la Logitech G Cloud parece una consola portátil normal y corriente. Evidentemente, recuerda a la Nintendo Switch, con una pantalla central rodeada de controles y palancas, aunque su diseño sea más ergonómico; de hecho, me ha sorprendido lo fácil que es coger esta consola y adaptar las manos a su contorno. Es de esas consolas con las que puedes jugar durante horas sin cansarte, y el reducido peso de 463 gramos ayuda mucho a reducir la fatiga que se suele producir con este tipo de dispositivos.
La pantalla, de siete pulgadas, es lo suficientemente grande como para ofrecer una buena experiencia de juego, y la resolución 1080p y el brillo de 450 nits son apropiados; la posición inferior de los altavoces es la ideal para no taparlos con las manos en ninguna situación. La G Cloud está disponible sólo en color blanco, con detalles en un verde lima que le dan el toque 'gaming' sin llegar a ser hortera como otros productos dirigidos a jugadores. De hecho, mi única queja en lo que respecta al diseño de la G Cloud está en la colocación de los controles; y es que, si tenemos unas manos grandes (como es mi caso), es muy difícil pulsar los botones frontales sin tocar también la palanca derecha, lo que puede resultar en movimientos de cámara indeseados en algunos juegos, o una simple incomodidad en sesiones largas.
En general, la calidad de construcción de la G Cloud está a la altura de un dispositivo en este rango de precios; el plástico no se nota barato ni hay ruidos raros. De hecho, no hay nada de ruido porque la consola no tiene ventiladores internos para expulsar el aire caliente; el procesador escogido es tan eficiente que no lo necesita, e incluso tras largas sesiones de juegos, no he notado que la consola se haya calentado de manera molesta.
¿Me la compro?
Siendo sinceros, como consola Android la Logitech G Cloud es mediocre. El procesador elegido no es lo suficientemente potente como para ejecutar juegos de manera rápida y estable, aunque el resto de los componentes estén a la altura. Pero ese no es el motivo por el que nadie querría comprar este dispositivo. Si quieres potencia, una consola como la ASUS ROG Ally es lo adecuado.
La verdadera razón de existencia de la G Cloud está en la nube; es cuando usamos un servicio como Xbox Cloud Gaming, que esta consola realmente se muestra cómoda, y donde puede demostrar sus posibilidades. ¿Quién quiere juegos de Android cuando puede jugar al último juego lanzado para Xbox, como Exoprimal?
Claro, que entonces la mala decisión de no incluir conectividad 5G se vuelve más evidente, pero será de esas cosas que probablemente mejorarán en una segunda generación del dispositivo. En ese sentido, la G Cloud es un 'adelanto del futuro', aunque no es el único: proyectos como la Razer Edge 5G le harán la competencia, y a eso hay que sumar la gran cantidad de consolas basadas en Android ya disponibles.