Es un problema de imagen grandísimo para Samsung. Ya no se trata del Note 7, muchos usuarios creen que son los móviles de Samsung los que explotan. Así en general. El gran público no diferencia entre el Note 7 o el S7 Edge, son dos móviles nuevos del mismo fabricante y que además da la casualidad que tienen el mismo número.
Samsung se ha visto obligado a cancelar el Note 7, reforzar las ventas del S7 y S7 Edge y su presidente ha salido públicamente a pedir perdón y asegurar que reestablecerá la confianza perdida. No parece tarea fácil, pero las empresas tan grandes tienen recursos suficientes para hacerlo.
El Note 7 provoca un agujero económico en Samsung
¿Cuán grande ha sido el impacto negativo del problema? Samsung anuncia hoy que perderán unos 3000 millones de dólares por el camino. Esto es el equivalente a haber dejado de vender 4 millones de Galaxy Note (menos de lo que esperaban).
Estos 3000M$ se dividirán en los siguientes resultados financieros: 2000M$ para el cuarto trimestre de 2016 y 1000M$ para el primer trimestre de 2017. Un impacto que unido a la compra de empresas como ViV debería dejar los beneficios de Samsung al mínimo.
¿Cómo paliar este impacto? Bueno, el gigante tiene múltiples vias de negocio y no todas se han visto afectadas. De hecho, pensemos que solo en 2015 Samsung Electronics tuvo unos beneficios de 19.000M$. En 2014 eran 23.000M$ y en 2013 alcanzó su máximo histórico con 29.000M$.
Más un problema de imagen que financiero
Los beneficios han ido cayendo en los dos últimos años para Samsung pero en este 2016 pretendían remontar gracias al buen hacer de los Galaxy S7 y S7 Edge. Este final catastrófico podría estropear un buen año para Samsung.
El objetivo por tanto pasa por seguir potenciando los Galaxy S7 y S7 Edge que tan buenos resultados han tenido desde su presentación. Ya ha pasado un tiempo pero la bajada de precio y una campaña publicitaria agresiva podría hacer que las ventas siguieran estas navidades imparables. Al menos hasta la llegada del Galaxy S8.
Más información | Samsung