Tras la salida del Galaxy S8 y su procesador propio, el Exynos 8895 incluyendo su variante con el Qualcomm Snapdragon 835, Samsung empezó su camino con los 10 nanómetros en dichos procesadores. Ahora, busca los 4.
Tanto el Qualcomm Snapdragon 835 como el Exynos 8895 que montan las dos variantes del Galaxy S8, el último buque insignia de Samsung, son procesadores de 10 nanómetros FinFET. Esto se refiere a los transistores y al tamaño que poseen estos dentro de dichos componentes, los cuales son determinantes para el tamaño final de estos. Esto equivale a que tanto su eficiencia como su rendimiento son mayores. Pues si os sorprenden el rendimiento de estos procesadores, agarraos: Samsung piensa empezar a darle «caña» a los 4 nanómetros. Pero, ¿esto qué implica?
4 nanómetros: adiós a la tecnología FinFET
Como otras marcas, Samsung tiene procesadores propios, que son los Exynos. Desde hace tiempo los compagina con procesadores Qualcomm pero es más normal ver en sus gamas altas a los primeros. Los de 10 nanómetros usan la tecnología FinFET LPE (Low Power Early) junto a los transistores 3D, tal y como os contamos en su día. Esto permite una mejora del consumo energético en un 27% y un mejor rendimiento: un 40% nada menos. Lo curioso llega aquí: si Samsung consiguiera los 4 nanómetros (lo cuál no es fácil) implicaría abandonar la tecnología FinFET.
Hablando en términos algo más técnicos, supondría forzar lo que se conoce como el límite del silicio, el cuál es el límite que puede alcanzar este material por otro que no produzca lo conocido cómo trasvase de electrones. Este límite se encontraría en los 5 o 7 nanómetros, según diversos científicos. Hablando algo más en cristiano: esto supondría que Samsung tendría que reescribir la manera en la que se deberían alcanzar tal cantidad de nanómetros.
¿Y cuándo llegarán dichos procesadores?
Por desgracia, Samsung no ha puesto fecha a tal objetivo, por lo que no sabemos cuánto tiempo podrían tardar en conseguir tal reducción de tamaño en sus transitores. Desde los 22 nanómetros hasta el objetivo primordial, el único nanómetro, dicho objetivo se ha intentado progresivamente a medida que el hardware aumenta y, aunque ya estamos llegando al fin de la guerra por la potencia en Android, esto supondría un antes y un después en lo que conocemos a nivel de procesado en el mundo de la telefonía móvil.
Está por ver cómo conseguirá la firma coreana tal hazaña, y cómo repercute esto en aspectos tan clave como el precio o la potencia de los dispositivos que porten dichos procesadores. Últimamente el apartado de la potencia bruta ya está llegando a un estancamiento progresivo debido a los niveles de hardware que poseemos, por lo que no estaría de más que viéramos alguna revolución en este sentido. ¿No creéis?