Estamos en un momento en lo relativo al diseño de los móviles en los que todos, o al menos los más relevantes, tienen hacia dos líneas de actuación.
Por un lado los móviles ahora son más verticales, con pantallas más alargadas. Por otro se tiende a minimizar la presencia de bordes de maneras nunca vistas antes, y eso que LG lleva trabajando en esa línea muchos años.
Sin embargo aún hay que hacer ciertas concesiones a las prestaciones técnicas como la cámara frontal, que puede recortar la pantalla, como en el Essential Phone; puede verse obligada a moverse a la zona inferior, como en los Mi MIX; o puede provocar que la zona superior sea notoria, como en el Galaxy S8.
Sin embargo hay un método que vemos en un concepto que sería perfecto para no hacer sacrificios en el frontal.
La vuelta del móvil deslizante
Antes de la proliferación de los smartphones, e incluso en ocasiones tras ella, hemos visto modelos que utilizaban un sistema de guías para mover una pieza sobre otra.
En alguna ocasión esto se ha usado para un teclado pero aquí vemos claro cómo podría usarse para poner elementos como la cámara de videollamada o el auricular.
Incluso el propio sistema podría servir para descolgar una llamada sin tener que pulsar la pantalla en una zona concreta.
El grosor como precio a pagar
Está claro que un dispositivo con este sistema de apertura ocupa más espacio que no sencillo. Esto obligaría a dar un mayor grosor al móvil, aunque quizás eso ayudaría a implementar unas baterías de mayor capacidad.
Pese a todo no se trata más que de una idea aunque habiendo tantos fabricantes que intentan diferenciarse de sus rivales no veríamos con malos ojos que uno adoptara este diseño y, de paso lograra disminuir aún más el tamaño frontal del terminal al no tener que hacer concesiones a los marcos.