Tras años leyendo sobre el 5G, y después de haber acudido a multitud de eventos y ferias relacionados con esta nueva conectividad móvil inalámbrica, todos sabíamos que 2019 sería el punto de partida para el lanzamiento comercial de la tecnología. Así fue: no solo podemos comprar móviles 5G, también utilizarlos en las redes españolas. Eso sí, tras hacer un uso intensivo del 5G, hemos comprobado que aún le queda mucho para triunfar entre el gran público.
El 5G es aún minoritario (en España solo Vodafone lo ha incluido en sus tarifas), no se ha desplegado con las características prometidas (en un inicio es NSA, por lo que se apoya en el 4G) y los móviles compatibles son escasos y caros. Con este panorama, el vicepresidente de producto de Google, Brian Rakowski, confirmó lo que ya se sabía: aún no es el momento de comprar móviles 5G. Por ende, tampoco de fabricarlos.
«Sacaremos un teléfono cuando creamos que es un buen momento para los usuarios, pero ahora no es el momento»
Las palabras de Brian son categóricas y dejan bien claro qué es lo que piensa Google de implementar el 5G en los teléfonos actuales. Así se lo explicó el vicepresidente de producto a PC Mag durante el evento de presentación de los Pixel 4. Como ya se filtró previamente, ninguno de los dos modelos (el normal y el XL) posee una versión con tecnología 5G.
Brian Rakowski no cierra la puerta a la tecnología porque asegura que están trabajando en ella, pero no es una prioridad para la división de producto de Google. Y da otras razones de peso:
«Llegará, pero ahora no es el momento adecuado para comprar un móvil 5G. Desde la perspectiva de la implementación y también desde la perspectiva de hardware y teléfono» … «[El 5G] no está aún preparado para los consumidores».
Pese a que resulta indudable que al 5G le queda al menos un año o dos para alcanzar cierta madurez, también es cierto que Google no debería rezagarse en la implementación de tecnologías punteras de hardware. Pese a que los Pixel 4 incluyen una notable cantidad de innovación, con novedades en software y también en hardware, ambos teléfonos salen algo desfasados en términos generales de potencia y prestaciones. Con una competencia cada vez más agresiva, especialmente en la gama de los 300 a 600 euros, Google no debería permitirse andar por detrás.