Olvida el 5G: Japón quiere 6G y será diez veces más rápido
Japón ha empezado la carera por el 6G y quiere tenerlo operativo lo antes posible, para que no pase como con el 5G, en cuyo despliegue ha quedado rezagado.
21 enero, 2020 07:27La frenética carrera del progreso tiene a veces situaciones un tanto surrealistas. Con el 4G plenamente desplegado en los países desarrollados y siendo una alternativa a la fibra óptica en muchos otros mercados, parece que la mayoría de estados y empresas se centran en posicionarse bien ante la próxima revolución, el 5G.
Bueno, en realidad no todos los países. Japón es una excepción en muchos aspectos, y parece que este será uno más. El país nipón ha tenido un despliegue especialmente lento de esta nueva tecnología, sobre todo para ser un país en el que este tipo de actuaciones suelen ser efectivas y rápidas.
Japón quiere 6G para 2030
Según informa el medio Nikkei, el país asiático ha empezado ya con los trámites necesarios para establecer la estructura de lo que será el 6G, la conectividad que sucederá al 5G. Y quiere que esté operativa en 2030.
Dicho estado no quiere que le pase como con el 5G, en cuyo despliegue no ha estado a la cabeza. De hecho, se espera que sus primeros servicios empiecen a darse en primavera de este año, más tarde que países como Corea del Sur, pero también más tarde que otros como España o Estados Unidos.
Además, no se trata sólo de este país. También hay ya avances para acercarse al 6G en otros lugares, como Finlandia, China o Corea del Sur.
Un esfuerzo público y privado
Este horizonte de diez años puede parecer lejos en el tiempo, pero es un plazo razonable teniendo en cuenta todo lo que hay que hacer. De hecho, ya en noviembre del año pasado supimos que Japón quiere incentivar a sus empresas para ser líderes en este sector con ayudas que alcanzarían los 2000 millones de dólares.
Empresas del calibre de Sony, la operadora NTT o Intel han aunado esfuerzos para que esto pueda ser posible.
Las primeras promesas hablan de que las velocidades del 6G serán diez veces superiores a las del 5G, aunque está por ver si esa es la mayor ventaja sobre la nueva tecnología que acabamos de empezar a usar, o si habrá otras relacionadas con la latencia o el número de dispositivos conectados, como pasa con el salto del 4G al 5G.