El móvil debería ser la forma predeterminada de notificación para el gobierno
Los cambios tecnológicos de las últimas décadas han modificado la relación entre las personas, pero también la que tienen los ciudadanos con el gobierno. Es hora de ir un paso más allá.
20 marzo, 2023 10:02En España siempre tenemos la sensación de que el gobierno funciona consistentemente peor que en países de nuestro entorno. En ocasiones eso no es una percepción, sino una realidad, pero también es cierto que en algunos aspectos estamos a la altura de lo que se ve en otros países de la Unión Europea, si no por delante.
La informatización de nuestras administraciones podríamos pensar que es uno de esos aspectos en los que estamos por detrás, sobre todo si miramos a países como Estonia, donde la práctica totalidad de los trámites se hacen de manera online.
Pero si miramos a otros países avanzamos, como Alemania, no estamos tan mal como podríamos pensar. Pero es hora de dar un paso adelante.
La importancia del teléfono
El smartphone o teléfono inteligente ha supuesto un cambio cultural como pocos aparatos electrónicos antes, con la excepción quizás de la televisión.
El poder tener un ordenador en el bolsillo ha cambiado la forma en la que nos comunicamos, pero también la manera en la que trabajamos o ligamos.
En España la tasa de penetración del smartphone era superior al 80% en 2019, y actualmente esa cifra es aún mayor. Ya no es raro ver gente de edad avanzada usando teléfonos inteligentes, aunque sea para realizar tareas sencillas como comunicarse por WhatsApp. Por eso el propio gobierno lo usa para comunicar emergencias.
El motivo de la extraordinaria adopción de esta herramienta es sin duda su versatilidad, así como el coste de acceso, que pese a que ha subido en los últimos meses por la situación económica mundial, no ha dejado de bajar desde principios de siglo, cuando los primeros smartphones se pusieron a la venta en España.
La administración debería dar un salto adelante
Poco a poco las administraciones españolas han ido digitalizando numerosos procesos de consulta, a nivel local, autonómico y nacional, lo que permite acelerar los trámites y controlar los costes de dichas entidades.
El problema es que en pleno 2022 una de las acciones más relevantes de la comunicación entre las administraciones y los ciudadanos, las comunicaciones y avisos, se sigue haciendo de la misma manera que en los siglos anteriores, por correo postal.
A mediados del siglo XX era mucho menos común el cambiar de casa cada pocos meses, y era mucho más normal que siempre hubiera alguien en la vivienda, por lo que no era un problema que las comunicaciones dependieran del correo postal.
En el siglo XXI las familias tienen muchas formas y realidades, y la manera más segura de comunicar algo a alguien es, sin duda, el teléfono móvil.
Es por eso por lo que las administraciones deberían permitir que todas las notificaciones relacionadas con los procesos que afectan a un ciudadano se realicen de manera preferente mediante el smartphone. Obviamente no debería ser la única opción, porque hay una parte de la sociedad que se vería perjudicada por ello.
Mi carpeta ciudadana
Un buen punto de arranque podría ser la última aplicación que ha lanzado el gobierno español, llamada Mi Carpeta Ciudadana, que permite tener en un solo lugar los avisos relacionados con los vehículos que tiene una persona, sus propiedades, temas laborales, de prestación de desempleo... Y en 2023 se incluirán también algunos datos médicos.
El problema es que esta aplicación, pese a que funciona bastante bien, no es muy conocida, y necesita de cierta ayuda para su configuración en cierta parte de la ciudadanía, aunque se pueda acceder también desde cualquier ordenador.
El gobierno debería potenciar el aviso por SMS entre los ciudadanos, para aspectos como multas, avisos de vencimientos de los carnes oficiales (DNI, pasaporte, carné de conducir)... Ni siquiera el correo electrónico tiene tanto uso como este tipo de mensajes cortos, ni es tan sencillo de usar.
Esto, junto con una mayor popularización de la aplicación antes mencionada, podría mejorar mucho la relación de los ciudadanos con las administraciones, evitando la pérdida de tiempo de los primeros en gestiones que se pueden hacer desde el teléfono, y evitando el despilfarro de recursos en las segundas manteniendo un cuerpo de funcionarios que podría ser mucho más útil en otras tareas.
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