GPT-5, Bard y otras alternativas para la generación de imágenes desde texto, como la de Midjourney, se basan en el entrenamiento desde todo tipo de fuentes, muchas relacionadas con los derechos de autor. Altman, CEO de OpenAI, ha reconocido en una reunión en la Casa Blanca su preocupación en el uso de material ligado al copyright.
[Cómo usar Google Bard en España, aunque la alternativa a ChatGPT no haya sido lanzada aquí]
El libre albedrío de ChatGPT, Bard y otras
Las propias palabras de Sam Altman mantienen que están trabajando en nuevos modelos en los que si la IA usa un contenido protegido por los derechos de autor, sea pagado o retribuido.
Altman ha andado parco en su declaración, y no ha dejado caer la idea que tiene para poder pagar a esos autores que han visto como su contenido ha sido utilizado para entrenar la IA que ha tambaleado todos los cimientos de la tecnología en este año 2023.
Y es que varios artistas han empezado con demandas contra Stable Difussion y Midjourney por el uso de su contenido protegido para el aprendizaje de sus modelos para la generación de imágenes desde texto.
Es decir, que cada vez son más las voces que ponen el grito en el cielo ante este uso indebido de contenido sin que nadie parezca que ponga cerco al mismo. Sarah Andersen y Karla Ortiz, entre otras artistas, son las que están empujando para que su voz sea escuchada y por fin se ponga un límite a este uso inapropiado.
Google hila fino en la ética con Firefly
Los ingresos que se están generando por parte de estas compañías son bien altos, pero no están siendo devueltos a estos artistas y la ética está siendo dejada bien de lado, aunque Google está empezando a dar los primeros pasos.
Justo en el Google I/O se pudo ver a Bard con el uso de Firefly de Adobe para la generación de imágenes desde texto. La apuesta de Adobe está basada en el uso ético de materiales protegidos gracias a su enorme banco de imágenes con Adobe Stock o aquel con copyright ya expirado.
Con esto, Google quiere asegurarse de que Bard pueda seguir encaminado a enfrentase a ChatGPT sin esos baches que pueden ser el uso indebido de contenido protegido. Un punto en el que OpenAI va a tener que mover ficha para que no le lluevan las demandas y ponga en peligro el dominio que ahora mismo está siendo su modelo de lenguaje ante otros.
También queda en el que se legisle debidamente para poner cerco a este libre albedrío que están siendo ahora mismo los modelos de lenguaje de diversas empresas. Es un primer paso que hay que dar, como mismamente China que forzó el uso de marcas de agua para que una imagen se supiera que ha sido generada por IA.
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