La interfaz de Android y cualquier otro sistema operativo moderno es el resultado de décadas de trabajo de parte de algunas de las mentes más brillantes del sector tecnológico. Cada pequeño detalle, como un cambio de color en una app, es el resultado de estudios de mercado y la experiencia de miles de proyectos anteriores.
Un buen ejemplo de este tipo de decisiones ocurre cuando un programa tiene que cargar contenido; normalmente, en ese caso se muestra una barra de progreso, que va subiendo conforme la tarea se va completando. Es posible ver directamente cómo se cargan los archivos, o cómo se completan los cálculos necesarios. Cuando la barra llega al final, el programa ha terminado de hacer lo que tenía que hacer; es algo que comprende todo el mundo, hasta el que no tiene ni idea de informática.
Incluso en la era actual de las apps móviles, seguimos viendo barras de progreso, aunque no necesariamente en ese formato. Aparecen en apps que tienen que cargar datos de Internet, como en los navegadores web, o en apps que tienen que cargar una gran cantidad de archivos en memoria, como los videojuegos. Y prácticamente todas son falsas.
La mentira de la barra de progreso
En efecto: la barra de progreso en realidad no muestra el progreso. Muchos de los programas y apps que siguen usando ese elemento en su interfaz en realidad están mintiendo al usuario; claro, que dicho así, parece algo más escandaloso de lo que realmente es. Hay buenos motivos para engañar al usuario, al menos en lo que respecta al funcionamiento interno del programa.
Aunque esta "gran mentira" es algo que posiblemente ya sabías, aún hay mucha gente que cree que las barras de progreso realmente calculan el trabajo necesario y lo muestran de manera gráfica; cuando, en realidad, el movimiento de la barra no tiene nada que ver con la tarea en sí, y está diseñado como placebo en vez de como algo realmente útil. Esa es la 'confesión' de muchos desarrolladores, que han usado Twitter para explicar por qué están mintiendo a los usuarios.
Mike Bithell, creador de juegos como Thomas Was Alone y Subsurface Circular, tal vez ha sido el que lo ha explicado mejor. El problema es que los jugadores no confían en una barra que se mueve de manera fluida, que es como realmente debería ir si no hay problemas de 'hardware'; tiene sentido, ya que la velocidad de transferencia de datos en la memoria suele ser relativamente estable, especialmente hoy en día con el almacenamiento basado en memoria SSD o UFS. Si la barra simplemente subiese al mismo ritmo, daría la sensación de que "no está haciendo nada", como si fuese falsa. Irónicamente, la manera de evitar esa sensación es crear una barra falsa que haga una pausa cada cierto tiempo, como si estuviese intentando cargar más datos. Eso da una sensación de trabajo "real".
Raúl Munárriz, CEO de la desarrolladora española Tequila Works, respondió afirmando que nunca había trabajado en un juego que no tuviese una barra de carga falsa. El motivo es que "las verdaderas provocan ansiedad". Otros desarrolladores incluso han llegado a admitir haber puesto pantallas de carga innecesarias, no sólo para dar la sensación de que el programa estaba trabajando, también para hacer una "pausa" en el flujo de trabajo o en el juego, que permita al usuario respirar y centrarse en la nueva pantalla cuando cargue.
Por lo tanto, la próxima vez que veas una pantalla de carga, ten en cuenta que es muy posible que sea falsa, o que muestre un progreso irrealista que no tiene nada que ver con el verdadero trabajo. Pero eso está bien, porque el usuario no tiene necesidad de saber cómo funcionan internamente las apps; sólo debe comprender la idea básica de que la app está cargando y tiene que esperar.