La inmensa mayoría de los smartphones modernos tienen en común una cosa: no están diseñados para ser abiertos. Con la excusa de novedades como la protección contra el agua y el polvo, y la seguridad para los usuarios, los fabricantes han sellado completamente sus smartphones de fábrica, impidiendo su apertura sin provocar serios daños en el dispositivo. Es por culpa de esta tendencia que hoy en día ya prácticamente nadie puede cambiar la batería de su móvil, prefiriendo comprar uno nuevo cuando tiene problemas.
La batería es uno de los pocos componentes de un smartphone que se deteriora notablemente con el paso del tiempo y el uso; es el motivo por el que, tras un par de años, notamos cómo el móvil ya no dura tanto como antes, o la carga no aguanta tanto. Una batería en mal estado incluso puede afectar al rendimiento del móvil, haciéndolo más lento al no poder usar la energía que requiere de manera segura.
Antes, la solución a este problema era sencilla: sólo teníamos que comprar una batería igual, abrir la carcasa trasera y cambiarla por la vieja; hoy en día, eso está fuera del alcance de la inmensa mayoría de los usuarios, por el diseño de los smartphones.
La UE se fija en las baterías
Eso está cerca de cambiar. Un nuevo reglamento en preparación en la Unión Europea establecerá que las baterías incorporadas a los aparatos tendrán que ser extraíbles y sustituibles por el usuario; por lo tanto, el consumidor no debería tener que usar el servicio técnico del fabricante para cambiar una batería como ocurre hasta ahora. El texto habla específicamente del "usuario final", e indica a los fabricantes que tendrán que adaptar el diseño de sus productos a este requisito.
La nueva medida, si todo marcha como hasta ahora, entrará en vigor en el año 2027; por lo tanto, los fabricantes tienen aproximadamente cuatro años para empezar a diseñar dispositivos que permitan la extracción de la batería, a diferencia de los actuales. Pero antes que eso, el reglamento establece otros objetivos relacionados con las pilas y las baterías, incluyendo unos niveles mínimos de contenido reciclado en la batería; el 16% del cobalto, el 85% del plomo, el 6% del litio y el 6% del níquel usado en la fabricación tendrá que ser reciclado. La UA pone como objetivo de eficiencia del reciclado en un 80% de aquí a finales del 2025.
Después de ser aprobado por el Parlamento Europeo el pasado 14 de junio, esta semana el Consejo Europeo ha adoptado el nuevo reglamento tras una votación. El siguiente paso consiste en la firma del texto, tanto por el propio Consejo como por el Parlamento; una vez que se realice este trámite, se publicará en el Diario Oficial de la UE y entrará en vigor veinte días después.
La principal motivación tras este nuevo reglamento de pilas y baterías está en la reducción de los efectos medioambientales de estos componentes. Teresa Ribera, ministra española para la Transición Ecológica, ha afirmado que "las nuevas normas promoverán la competitividad de la industria europea", al mismo tiempo que garantizan que "las nuevas pilas y baterías sean sostenibles y contribuyan a la transición ecológica.".