Con el paso de tiempo la tecnología que hay en los hogares en España ha cambiado considerablemente, en muchos casos, como por ejemplo la llegada de la domótica, debido a avances en la tecnología. Sin embargo, hay otras ocasiones en las que son las leyes y regulaciones las que provocan que algunos productos no se vendan más y haya que optar por otras alternativas.
Este es precisamente el caso de lo que está sucediendo este mes de agosto. La Directiva 2011/65/UE sobre restricciones a la utilización de determinadas sustancias peligrosas en aparatos eléctricos y electrónicos impone restricciones a la venta de dispositivos que incluyan determinadas sustancias peligrosas, y algunas de ellas entran en vigor ahora, aunque es un proceso que lleva años en marcha.
Entre ellos, los tubos fluorescentes y algunas bombillas halógenas, que dejarán de venderse a lo largo del mes. Esto, con el paso del tiempo provocará un cambio en muchos hogares, que estarán más protegidos frente a sustancias que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud.
Entran en vigor este mes
La directiva establece que algunos materiales como el plomo, el cadmio o el mercurio, solo podrán ser utilizados en algunos casos muy específicos. Estas exenciones tienen fecha de caducidad, y algunas se van a producir este mes de agosto. Esto implica que ya no se podrá comprar este tipo de productos.
Se trata de las lámparas halógenas con un diámetro de tubo de entre 9 y 28 mm. Otros productos afectados son las lámparas fluorescentes de casquillo único T5 y T8, que utilicen mercurio con una potencia inferior a los 30 W. Muchos de los materiales que han dejado de poder utilizarse el pasado mes de julio tienen que ver con el ámbito sanitario, pero en este caso, es posible que muchas personas tengan este tipo de luces en casa o en una oficina.
Por suerte, los LED pueden ser un gran sustituto. Esta tecnología no presenta componentes peligrosos y lo mejor es que cuentan con un mayor grado de ahorro energético que hace que sean bastante más eficientes y tengan menos impacto en el gasto mensual de luz. Además, hay una gran variedad de formas y conexiones con las que llevar a cabo el cambio no es complicado.
Tener este tipo de iluminación en casa no está perseguido por la ley, pero es cierto que, sabiendo que contienen sustancias tóxicas, lo mejor es sustituirlas por alternativas permitidas. Al fin y al cabo, cuando se rompa este tipo de iluminación, ya no se podrá sustituir por una del mismo tipo.