Después de varios intentos de smartwatch, Samsung vuelve a la carga con el Gear S2, su primer modelo redondo. La evolución ha sido enorme y por fin nos encontramos con un reloj inteligente de Samsung que nos encanta, aunque con un gran pero.
Samsung ha sido uno de los fabricantes pioneros cuando hablamos de wearables. Los relojes inteligentes o smartwatches han sido una de las apuestas principales de la firma coreana en los últimos años, pero siempre nos encontrábamos con algún problema. Ya fuese el diseño, la batería o una pobre interfaz que hacía complicado su uso, acababa apareciendo una razón grande para no seguir usando el dispositivo.
Esto parece haber cambiado radicalmente y nos encontramos en el Samsung Gear S2 un reloj que nos encanta, bonito, fácil de usar y que abrirá la mente a muchos usuarios que renegaban del wearable. Sigue apareciendo un pero muy grande, pero eso lo abordaremos más adelante.
Diseño y materiales
Como ya hemos dicho, el Gear S2 es el primer reloj circular de Samsung y eso ya es un cambio importante. De hecho es un cambio tan grande que hace que sea el primer smartwatch de Samsung con un diseño que realmente nos gusta. Y cuando digo que nos gusta no me refiero a que está bien y que nos lo podríamos poner en público, sino a que nos atrae y lo querríamos usar por voluntad propia. Vamos, que queremos un Gear S2 como reloj si tenemos que elegir un smartwatch.
El cambio de diseño ha sido tan grande que esto no parece ya un wearable de Samsung (muy fáciles de identificar hasta ahora), y esperemos que la nueva gama de estos dispositivos siga la nueva línea. La clave, además de hacerlo redondo, está en la sencillez. No tenemos logos ni elementos que distraigan la atención, el reloj es una esfera con una correa y dos botones (y un bisel de control, pero de esta hablaremos más adelante porque es el elemento diferencial clave con respecto a sus competidores).
Hay dos modelos de Gear S2, el normal y el classic, algo más grande, con un bisel en forma de engranaje y correas estándar (podemos poner cualquiera del mercado compatible). La correa del S2 normal tiene un enganche propietario de Samsung, por lo que solo podremos usar las correas de la marca o las que licencie a terceros, pero no son válidas las estándar. Entre los dos modelos nos ha gustado más el normal, ya que el bisel del classic tiene aspecto de menor calidad. Por lo demás son muy parecidos y la única ventaja significativa del classic es que trae una correa de cuero por defecto, mientras que la del modelo normal es de goma, y que acepta correas estándar, por lo que su personalización es mayor y más sencilla.
La esfera del Gear S2 está fabricada en acero inoxidable y es resistente al agua con IP68. Se siente genial cuando lo agarramos, resistente y con un peso muy bien equilibrado. Es un reloj muy atractivo, de un diseño sencillo y fabricado en materiales de calidad, que es lo que podemos pedir de un dispositivo de este tipo.
Interfaz y bisel de control
Normalmente, y así fue cuando se presentó el Gear S2, me enfadaría por usar Tizen y no Android Wear, pero tengo que reconocer que en este caso ha sido todo un acierto por parte de Samsung. Nos encontramos ante una decisión difícil, apostar por Android Wear de cara al futuro y a una evolución potente en este sistema (que necesita), o hacerlo por un sistema propio como Tizen que pueden desarrollar internamente y ajustar mejor a su propio smartwatch.
Me vais a querer tirar piedras por esto, pero Tizen está muy bien acabado, es sencillo y la adaptación al reloj es casi perfecta. Todo está a mano y accesible en el mínimo número de movimientos y toques. Esto, acompañado del bisel de control, convierte el Gear S2 en un smartwatch muy fácil de usar. Me atrevería a decir que el que más, por encima del Apple Watch.
La interfaz es muy sencilla. La pantalla central es la dedicada al reloj, que podemos configurar para mostrar los datos rápidos que más nos interesen: hora, pasos, batería, alarmas, etc. Hacia la izquierda tenemos las notificaciones, muy bien integradas. De hecho esto es una de las cosas que más me han sorprendido. En otros relojes y sistemas de smartwatch he encontrado muchos problemas con los sistemas de notificaciones, lo que muestran y a la información que podemos acceder después. Por poner un ejemplo, si recibimos un Whatsapp podemos verlo rápidamente, pero si pulsamos sobre la notificación accedemos a la conversación, que podemos revisar completa, e incluso contestar usando el dictado por voz o un teclado muy bien logrado que permite introducción de texto muy fácil. Hacia la derecha tenemos información rápida de las aplicaciones favoritas que hemos elegido, si queremos entrar en la lista completa de aplicaciones lo haremos desde la primera pantalla de estas.
En general toda la información está bien ordenada, y este es uno de los mayores problemas que había encontrado hasta ahora en un smartwatch. Las notificaciones están como deberían estar, las aplicaciones bien ordenadas y la interfaz es muy sencilla y nos muestra lo más importante de un vistazo rápido. Como os decía, Tizen hace un trabajo sorprendente aquí y me da la impresión que ha adelantado a Android Wear, que debería ponerse rápidamente las pilas. Ya hemos visto que el mercado de smartwatch está totalmente polarizado hacia Samsung y Apple, por lo que es muy probable que el usuario que decida no comprar un producto Apple acabe con un reloj con Tizen y no con Android Wear, así que el sistema podría peligrar si no empieza a ser la opción prioritaria para los fabricantes. Ojo a esto que puede ser un problema serio.
El otro aspecto que nos ha encantado del Gear S2 es el bisel externo de control. Para los que sepáis cómo funciona la corona de control del Apple Watch, es algo similar pero en el bisel externo. Esta se ha diseñado de forma móvil para que actúe como control principal de desplazamientos por menús y aplicaciones con un sencillo gesto que hacemos al girarla. No solo nos permite un control intuitivo de este smartwatch, sino que funciona de maravilla. Es muy precisa y hace que movernos por los menús, consultar la información dentro de una aplicación, hacer zoom en un mapa o desplazarnos por el texto de un correo electrónico sea algo muy sencillo. Bravo Samsung por esta gran idea, ha funcionado y nos ha enamorado.
Batería, el gran pero
Hasta aquí parecía todo muy bonito, pero nos teníamos que encontrar con un problema y es importante. El Gear S2 lo tenía todo: gran diseño, buenos materiales, interfaz fácil de usar, control intuitivo con el bisel externo… pero le falta algo, una autonomía importante. Llevo criticando la autonomía de los wearables (especialmente de los smartwatches) desde que estos empezaron a popularizarse y sigo creyendo firmemente que mientras no vivamos una auténtica revolución en este ámbito no será un producto que se popularice al nivel del smartphone. Muchos de vosotros me habéis contestado con que no os importa cargar el smartwatch todos los días, pero a la vista están los resultados y las ventas de smartwatch no acaban de despegar. El usuario no ve en el smartwatch un producto que aporte grandes cambios, y si encima tiene que pasar por el cargador cada noche la cosa se complica aún más.
Vamos al grano, el Gear S2. Con sus 250 mAh de batería hemos conseguido 2 días completos de autonomía con un uso muy intenso. Es decir, una noche sin pasar por el cargador, y llegó al final del segundo día muy por los pelos. Si bajamos la pantalla al mínimo brillo y no usamos tanto el reloj podemos llegar a 3 días de uso, y otra vez con serias dificultades para llegar al final del tercer día. Es algo superior a lo que estábamos acostumbrados hasta ahora, ya que parecía imposible no tener que pasar cada noche por el cargador, pero en mi opinión sigue siendo poco.
Eso sí, como punto positivo destacar que se carga muy rápido. El cargador es inalámbrico, y funciona muy bien. Esto tiene su parte positiva, es cómodo, y negativa, tenemos que llevarlo como cargador extra si nos vamos de viaje.
¿Podemos pasar por el aro con el tema de la batería? Antes era muy reacio a ello, pero tengo que reconocer que si un smartwatch me convence para usarlo más allá de la prueba para la review es este. Hasta ahora poco me aportaban este tipo de dispositivos, pero el Gear S2 tiene el atractivo y funcionamiento que me gusta para seguir con él. Sin embargo necesitamos un cambio muy grande en la autonomía de los smartwatch, y esto tiene que mejorar, y lo tiene que hacer pronto. No podemos seguir con relojes que solo aguantan uno o dos días, es necesario que empecemos a tener autonomías realmente altas. ¿Y si me voy de excursión a la montaña? ¿Y si hoy no duermo en casa? El uso del smartwatch está demasiado limitado en la actualidad por su escasa autonomía de batería.
Conclusiones del análisis del Samsung Gear S2
La conclusión es sencilla. El Samsung Gear S2 es el mejor smartwatch que hemos probado hasta la fecha pero necesita mayor autonomía (igual que el resto).
Nos encanta el diseño circular por el que por fin ha apostado Samsung, la interfaz y lo bien ajustado que está Tizen para smartwatch es genial, fácil de usar, muy intuitivo y cada cosa está donde debería, incluyendo las notificaciones, algo que tantos quebraderos ha dado desde el comienzo de los wearables, ya que nadie había encontrado la forma ideal de gestionarlas. Es un reloj inteligente que nos gustaría tener y llevar por la calle, del que no nos avergonzamos. ¿Y qué le falta? Una batería de al menos una semana, una petición que a día de hoy es totalmente irreal. Con lo que hay, el Gear S2 es el mejor smartwatch que hemos probado, y nos morimos de ganas por tener uno como este con una autonomía grande.
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