Que las aplicaciones puedan funcionar en segundo plano tiene muchas ventajas, como poder recibir notificaciones o que Google Fotos realice una copia de seguridad de todas tus imágenes automáticamente. Sin embargo, es posible que alguna aplicación se declare en rebeldía y se quede actuando en segundo plano sin aportarte nada, más allá de gastar recursos. Así puedes cerrar las aplicaciones que te dejan sin batería en segundo plano.
El primer paso es identificar al culpable. Ponerlos todos en fila como si fuera una rueda de reconocimiento policial (esperemos que no empiecen a reírse como en Sospechosos Habituales). La forma más sencilla de hacerlo es ir a Ajustes -> Batería y ver si alguna aplicación que no hayas usado está gastando más luz de la cuenta.
La rueda de reconocimiento
Esto debería ser suficiente información para la mayoría de usuarios, pero si necesitas algo más siempre puedes activar las opciones de desarrollador. Para ello ve a Ajustes y ahí a «Acerca del teléfono», y presiona repetidamente sobre «Número de compilación» hasta que te aparezca el mensaje indicando que ya están activadas.
A continuación, también desde ajustes entra en opciones de desarrollo. En este menú mejor no toques nada si no sabes lo que es, si Google lo ha escondido es por una razón. Ahí entrar en «Servicios en ejecución», y podrás ver cuánta RAM está consumiendo cada aplicación.
Hay procesos en segundo plano que son necesarios
Con las pruebas del asesinato sobre la mesa, puedes empezar la parte más divertida: cortar cabezas como si fueras Joffrey en el Trono de Hierro. Ten en cuenta que hay algunas aplicaciones o servicios son necesarias para el correcto funcionamiento de Android, como los Google Play Services. Cualquier cosa que ponga Google o Android mejor no lo elimines o fuerces la detención, no seas como aquel amigo tuyo que eliminó la carpeta Windows porque ocupaba mucho espacio «y no la usaba».
Cómo vivir con 16GB de almacenamiento sin morir en el intento
Una vez tengas un objetivo definido, puedes proceder a detenerla. Para esto hay varias opciones. La primera y más sencilla es acceder a la multitarea (el botón con forma de cuadrado que hay en la parte inferior de la pantalla), buscar la aplicación y deslizarla hacia un lado. Si esto no es suficiente, puedes ir a Ajustes -> Aplicaciones y en ese menú buscar la aplicación pulsar sobre ella.
Traedme su cabeza
Aquí nos encontraremos con dos opciones, una es forzar detención, que cerrará la aplicación. Te aparecerá un mensaje avisando que eso puede hacer que la aplicación deje de funcionar correctamente, pero si está dejándote sin batería no se puede decir que funcione muy bien.
Cuando vuelvas a abrir la aplicación, esta volverá a funcionar a todos los efectos. Si se había quedado colgada en algún proceso o era un error puntual, esto puede solucionarte el problema, pero también existe la posibilidad de que vuelva a hacer de las suyas, ante lo cual deberemos tomar medidas más drásticas: la desinstalación. ¡Que le corten la cabeza!
Inhabilitar aplicaciones preinstaladas
Otro escenario posible es que la aplicación que está dándote problemas sea de esas que vienen preinstaladas en el terminal y que no puedes eliminar: el llamado bloatware. Bien, no puedes liquidarlo, pero al menos si que puedes dejarla seca definitivamente. Para ello ve al menú de ajustes y de ahí entra en aplicaciones y luego en la app rebelde. En vez de «Desinstalar» verás un botón que pone «inhabilitar». La aplicación seguirá en tu terminal, pero como una tumba, sin molestar a nadie.
Silencia, controla y pon orden a todas tus notificaciones con AppComposer
Otra opción es recurrir a software que te automatice este proceso, como Greenify, que monitoriza y automáticamente cierra todas las aplicaciones en segundo plano que estén haciendo más cosas de la cuenta. Sin embargo ten en cuenta que la mayoría de estas aplicaciones pueden necesitar acceso root, un acceso que también te permitirá eliminar las apps preinstaladas.