La plantilla del Real Madrid se tambalea tras la última derrota frente al Río Natura Monbus. Parece una derrota más, pero tiene efectos secundarios en el equipo que lleva la peor racha desde que Pablo Laso dirige al equipo. Tres victorias y cinco derrotas es el saldo que está pagando el equipo blanco tras conseguir el título de la Copa del Rey. Un trofeo que ha dejado tocados físicamente a los jugadores, aunque el principal problema está siendo los momentos de desconexión que tiene la plantilla a lo largo de los encuentros.
El primer partido parecía indicar que la resaca de la Copa del Rey era un mito, tras aplastar en la competición europea al Darussafaka. Laso ya avisaba de la dureza del calendario durante el mes de marzo, pero nadie creía que un equipo con un fondo de banquillo tan amplio podía descomponerse de esta manera. El primer partido de Liga ACB contra el Herbalife, los merengues ya se mostraron vulnerables y perdieron en su feudo. El Galatasaray era el rival que tocaba para lamer las heridas de la derrota, pero los turcos no tuvieron piedad y ganaron a un equipo que no daba signos de lo que era unas jornadas antes. El Iberostar Tenerife, líder de la competición liguera pasó por encima de un Madrid que mostraba debilidades en defensa.
La esperanza volvía a coger color en la plantilla tras ganar al Estrella Roja y conseguir un título sufrido en el clásico del baloncesto. A pesar del triunfo ante el Barcelona, el Real Madrid no encontró sensaciones en ningún momento del partido y dejaba ver que el equipo volvería a perder partidos. El Panathinaikos fue el primer rival en demostrar que los blancos no atraviesan su mejor momento y Obradoiro, penúltimo de la clasificación en ACB, lo demostró tras ganar a un equipo que no supo aprovechar las ventajas.
DEFENSA Y MOMENTOS DECISIVOS
El problema radica en la poca intensidad en defensa. En todas las derrotas los blanco han recibido más de 85 puntos, excepto frente a Iberostar Tenerife. Encajando esos puntos es muy difícil ganar los partidos. La otra clave es que están desaprovechando ventajas en el marcador y que en los momentos decisivos de los partidos los jugadores no toman las decisiones correctas. La plantilla está unida y decidida a demostrar que ha sido un pequeño bache en el camino, pero que volverán más fuerte que nunca.