Luka Doncic salió sustituido tras no estar completando un buen partido ante el Darussafaka en el segundo duelo de cuartos de la Euroliga en el Palacio. Perdiendo en el marcador por 68-70 y muy frustrado con su actuación, Pablo Laso se acercó a charlar con el esloveno. El técnico intentó consolarle, pero el base comenzó a soltar unas lágrimas y una cara en la que se apreciaba su disgusto.
Había sumado 3 de valoración con un 0/3 en tiros de dos y un 0/1 en triples más 4 rebotes y 1 asistencias. Después volvió para jugar los últimos momentos, con el equipo blanco buscando la remontada sobre la bocina. Esta escena demuestra el carácter del esloveno, del que se espera un gran futuro con un potencial y una calidad con la que pocos cuentan a su temprana edad.