Luka Doncic está siendo uno de los grandes jugadores del baloncesto europeo. La última imagen que ha dado que hablar no ha sido sobre una canasta, sino sobre sus lágrimas en el banquillo. El jugador estalló por su mal partido ante Darussafaka y demostró con lágrimas la impotencia y rabia que guardaba.
Con apenas 18 años se ha convertido en uno de los nombres propios del Real Madrid y del baloncesto de futuro. Incluso en el Draft NBA, Doncic predomina por encima de todos. Sin embargo, no ha comenzado de la mejor manera estos playoffs de Euroliga.
Sumando los datos de ambos partidos disputados en el WiZink Center ante Darussafaka, Luka solo ha conseguido un total de cuatro puntos y nueve rebotes, con una valoración media de 6,5 créditos. Algo muy inferior a las marcas cosechadas hasta el momento, ya que en liga regular alcanza los 13,9 de valoración con más de cuatro rebotes y ocho puntos por partidos.
Esta gran diferencia de estadísticas podrían ser el porqué de las lágrimas de Doncic. Unas lágrimas que expresaron el enfado consigo mismo que tenía el esloveno al no poder ayudar de la mejor forma a su equipo y que el propio Laso asoció a su juventud. Por ello, su recuperación debe ser lo más rápida posible puesto que el Madrid le necesita en Turquía para salvar los muebles de la Euroliga.