Nikola Mirotic llegó al Real Madrid en el año 2005 para formar parte de las categorías inferiores del club. El que fuera en su día orgullo de la casa blanca se ha convertido en el enemigo público número 1 de la afición merengue. Su fichaje este verano por el Barcelona han convertido al de Podgorica en un traidor.
El destino ha querido que el primer título que pueda conseguir Mirotic como jugador azulgrana sea ante su exequipo y en la que fue su ciudad durante años. Si el recibimiento en contra al ala-pívot fue tremendo en la semifinal ante Valencia Basket, en la final frente al Real Madrid ha sido infernal.
Pitidos para todos los jugadores culé en el WiZink Center, pero fue cuando saltó a la pintura Nikola Mirotic cuando la cancha se convirtió en un escenario temerario. La afición no perdona el cambió de bando al jugador, luego de su paso por la NBA. Aunque pese a ese enfado de la afición, el '33' blaugrana se tomó a risa la reacción de los que antes eran sus seguidores.
Tónica general
"Bien, con mucho apoyo de los aficionados aquí como bien veis", dijo en tono irónico el hispano-montenegrino tras sellar el billete a la final contra el Valencia Basket. Aunque dejó un deseo para el domingo: "Con ganas de ver lo que pasará en la final. Espero tener más apoyo". Deseo no concedido.
Una vez comenzó el encuentro, los silbidos continuaron. Cada vez que Mirotic tocaba el balón, las gradas del WiZink Center se encendían. Él respondió con un triple, que se convirtió en la primera canasta del encuentro, pero eso no hizo flaquear la fuerza de la afición madridista en los minutos siguientes de la gran final de la Supercopa de España de baloncesto.
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