El Real Madrid levanta su sexta Supercopa Endesa tras un duelo en el que fue mejor que el mejor Barcelona, a pesar de la reacción azulgrana en el tercer cuarto. Davies fue una pesadilla para un cuadro blanco que se sobrepuso a las muchas personales de su juego interior gracias a Llull y Campazzo, MVP de la competición. [Narración y estadísticas: Real Madrid 89-79 Barcelona]
Si en las semifinales el sonido de viento fue el protagonista en la presentación del Barcelona, en la final y en un pabellón claramente madridista no podía ser de otra manera. Mirotic era recibido con multitud de insultos, silbidos y hasta con una pancarta en su contra. Tras la entrada de los jugadores llegó el homenaje a los campeones del mundo y la inquina cesó durante unos minutos. Esta final no iba a ser sencilla para el exmadridista, sin embargo en la primera acción del choque iba a dejar clara su capacidad de abstracción.
Con un triple del alero barcelonista arrancó la final de la Supercopa Endesa. Laso emparejó a Randolph con Mirotic y el norteamericano pero este no estuvo nada acertado en el arranque del partido. 0-6 de parcial inicial para un Barcelona al que poco duró la alegría. Cogieron Campazzo y Carroll el timón blanco, devolvieron el parcial y además cargaron de faltas a Delaney y Pangos (dos para cada uno en el primer cuarto) ante la desesperación de Pesic.
Rodillo blanco
El técnico azulgrana se desperó con el arbitraje, sin motivo real para ello, y Calatrava, tras mucha paciencia, le pitó técnica. Parecía que el Barcelona se iba a descolgar del choque, pero Delaney, al que Pesic no retiró pese al problema de faltas, se enchufaba y ponía el 21-20 en el luminoso al término del primer periodo.
El segundo tiempo fue otro cantar. El Madrid se entonó de lo lindo gracias a las acciones de Rudy, que sigue enamorado del triple, y de un Jordan Mickey que dejó en nada a un Tomic olvidado por la grada blanca.
El ataque blanco comenzaba a ser imparable y solo Hanga sobre Laprovittola incomodaba a un Real Madrid que ponía la máxima del partido (42-27) a falta de dos minutos para el final. Una antideportiva a Tomic por un codazo a Rudy mandaba el partido al descanso con un Madrid confiado y un Barcelona, aún en construcción, que parecía no encontrar la llave de la victoria.
Problemas para Tavares y Mickey
Formaba cónclave el Barcelona en torno a Pesic antes de que el partido volviera a ponerse en marcha. La premisa era clara: apretar en defensa y ser más certeros en ataque. Pues dicho y hecho. El equipo azulgrana hizo un arranque de tercer cuarto soberbio, logró un parcial de 0-10 y encima puso a Tavares con cuatro personales con todo el partido por decidir.
Una técnica señalada por Hierrezuelo y una falta personal en una penetración de Davies mandaban al caboverdiano al banquillo antes de tiempo. Si el Madrid tenía problemas en el poste, el Barcelona disfrutaba de sus mejores minutos en la pintura. Davies cambiaba el chip de la mala primera mitad y lideraba la reacción del Barcelona (54-45, minuto 26).
Poco a poco y a base de intensificar su defensa el Barcelona se acercó en el luminoso y, para más inri para los blancos, le sacó la cuarta falta personal a Jordan Mickey. Laso tenía un problema, sus dos pivots principales tenían problemas de faltas y era Felipe Reyes el encargado de dominar la pintura a falta de un cuarto para el término del partido.
Un final apretado
Con 69-63 comenzó un último periodo que presagió un final de infarto. Si la grada aún estaba un poco agnóstica con que el partido estaba igualado, encontró la fe tras una falta en ataque de Laprovittola. Más creyente se volvió cuando el base argentino robaba su segundo balón consecutivo y anotaba un triple que puso el 74-65 en el marcador.
Y la polémica volvía a estar servida, como no podía ser de otra manera en un Clásico. Antideportiva a Felipe por un manotazo sobre Delaney mientras este caía, que la grada no entendió como tal. No hubo protestas por parte de un cuadro merengue más centrado en seguir manteniendo tres posesiones de ventaja que en la riña.
Con todo por decidir había un nombre, el MVP de la Supercopa la pasada temporada que aún no había mostrado su mejor versión. Sergio Llull hacía su acto de aparición y cogía las riendas de la cuadriga blanca para paliar el acercamiento culé. Sin embargo Davies estaba demostrando el porqué de su fichaje. El ex de Zalgiris anotaba sin cesar y mandaba a Tavares al banquillo con cinco personales a falta de 1:49 para el final.
En el WiZink Center solo el sonido de los tambores de los Bersekers rompían un silencio nervioso hasta que Campazzo hizo vibrar las redes con un triple sensacional. Los aficionados blancos se levantaron de sus butacas y celebraron la canasta como si el partido hubiese terminado (87-79, minuto 38).
No se equivocó la afición madridista y no se movió el marcador. El choque murió definitivamente tras un fallo de Claver desde la esquina. Con toda la grada de pie, gritando por el Madrid, se proclamó el equipo de Laso campeón de la Supercopa por sexta vez en su historia.
El ¡Campeones, Campeones! hizo retumbar las gradas de un Palacio de los Deportes que sigue viendo como su equipo no se cansa de ganar. También se acordó de Mirotic antes de que los blancos alzaran la Supercopa y de que Campazzo levantara el trofeo de MVP.
Real Madrid 89-79 Barcelona
Real Madrid: Campazzo (16), Carroll (9), Taylor (8), Randolph (2), Tavares (5) - quinteto inicial - Laprovittola (8), Reyes (2), Rudy (10), Deck (9), Mickey (10), Llull (9), Caseur (-).
Barcelona: Pangos (2), Higgins (13), Claver (3), Mirotic (14), Davies (23) - quinteto inicial - Delaney (13), Kuric (0), Oriola (0), Hanga (3), Pustovyi (-), Smits (2), Tomic (4).
Parciales: 21-20 | 27-13 | 21-30 | 20-16 |
Incidencias: Partido correspondiente a la Final de la Supercopa Endesa disputado en el WiZink Center (Madrid).