Los jugadores de baloncesto, sobre todos los altos, tienen unas condiciones especiales que le impiden hacer, en ocasiones, una vida normal. Seguro que los techos de sus casas, el tamaño de las puertas y sus camas tienen un tamaño diferente al del resto de la humanidad.
Pero hay algunas cuestiones que no pueden controlar. Y eso es lo que le ha pasado a Walter Tavares en la mañana de este lunes. Cuando el equipo acudía a la concentración para el partido de Euroliga, dejó la imagen cómica del día.
El pivot bajaba del bus cuando se resbalaba y se caía de culo. Lo normal es que Tavares se pudiera dar con el marco de la puerta al tener un tamaño menor, pero todo se produjo porque sus pies son tan grandes que tiene problemas para bajar unas escaleras que están hechas pensando en gente de la calle. Las cámaras de Vamos captaron el momento.
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