El Real Madrid ganó al Fenerbahçe en su final anticipada de la Euroliga. Los de Laso se jugaban la vida en la competición europea, esa que ha marcado la etapa del técnico vasco con dos títulos desde su llegada. Ganar suponía un billete seguro para los playoffs y, perder, dejaba en manos del resto de equipos el futuro del equipo merengue. El triunfo se consiguió, pero poco después de la victoria, apenas unos minutos después de la celebración, se hizo pública la marcha de Gabriel Deck.
El argentino, 26 años y uno de los pilares fundamentales del Real Madrid, abandonaba el equipo merengue para fichar por los Thunder de la NBA. Oklahoma, franquicia sin opciones de playoff y en plena reestructuración, se hacía con los servicios del alero. El multiusos de Laso, el jugador conocido por su sangre fría y por sus similitudes -en más de una ocasión- en el parqué con Andrés Nocioni, dejaba la capital tras llegar en 2018. Un duro golpe para el proyecto, los aficionados y las aspiraciones.
El Madrid ya no puede fichar a nadie que juegue a Euroliga, por lo que tendrá que disputar los playoffs y pelear por llegar a la Final Four sin tres jugadores que iniciaron la temporada: Campazzo, Deck y el lesionado Randolph. Tres estrellas que podrían aspirar al MVP de cualquier competición y que han causado baja en el conjunto capitalino ya con la temporada iniciada. Como solución, en la entidad se ha acelerado la llegada de Poirier, pívot de gran impacto, pero que solo podrá disputar la ACB.
La sensación es casi de derrota, especialmente entre los aficionados. A diferencia de otras salidas, no ha habido carta de despedida ni previsión. Fue una sorpresa. Una mala e irremediable sorpresa que llegaba tras el júbilo de la clasificación. Sin embargo, los antecedentes permiten mantener la confianza en Pablo Laso. El técnico vitoriano, que tomó las riendas en 2011, ha convertido tanto su equipo como el Real Madrid como un trampolín a la mejor liga del mundo.
Una historia de amor-odio de la que el Madrid ha salido ganando en más de una ocasión. Las comparaciones entre la entidad blanca y las franquicias NBA. Los análisis que situaban al Real Madrid de Laso con opciones de dar la talla en la competición norteamericana. O los constantes rumores que señalan a integrantes de la plantilla en el otro continente. Síntomas del buen rendimiento del equipo y que, además de generar esa atmósfera de confianza en el trabajo bien hecho, también supone una herida difícil de sanar para el conjunto de la capital española.
Las 'renovaciones' de Laso
El técnico vitoriano, hasta el momento, siempre ha encontrado soluciones a los problemas que ha creado la NBA. Porque muchos de sus jugadores han encontrado hueco en la competición. Nikola Mirotic, ahora jugador en el eterno rival, abandonó el Real Madrid para fichar por los Bulls. Era 2014.
Poco después se produjeron más casos. Sergio Rodríguez, que recuperó su mejor versión con el entrenador vasco, probaba suerte en 2016 gracias a la oferta de los Sixers. También se marcharía Willy Hernangómez, aunque su papel en el Madrid era mucho menor. Y en los últimos años siguieron Luka Doncic o Facundo Campazzo. Por medio, cabe recordar, quedaron rumores como los de Ayón, que dejó el Madrid, se quedó sin opciones en la NBA y, al intentar regresar, ya no tenía espacio en la capital.
Esas salidas fueron importantes, pero Laso siempre logró renovar el equipo y reinventar su planificación. Doncic se nutrió de la falta de bases. Campazzo de la marcha de Doncic. Y la salida de Deck, a priori, parece ayudar a un Alberto Abalde que ha dejado muy buenas sensaciones.
Por ver está si pasará lo mismo con otros muchos jugadores tanteados por la NBA. Tavares siempre tiene ofertas, aunque su entorno ha calmado al madridismo. Randolph, antes de su lesión, también protagonizó titulares. Jeff Taylor siguió el mismo camino. Y otros más jóvenes como Garuba, si nada cambia, podrán probar suerte si el Draft de la NBA le da un buen puesto y una buena opción en la competición. Pero, por encima de todo, está el ejemplo de Sergio Llull. El base dijo "no" a los Rockets y el tren a la NBA ya ha pasado. Su negativa pese a la insistencia durante varias temporadas quedará marcada como uno de los grandes gestos del base al club.
Una situación delicada
La marcha de Gabriel Deck es completamente diferente a las del resto de jugadores. En primer lugar, por el momento en el que lo ha hecho. En segundo, por el momento que vive el equipo. Y, tercero, por la temporada repleta de contratiempos y complicaciones que han llevado al Real Madrid a estar al borde de la eliminación de la Euroliga en la fase regular. Esta campaña es completamente diferente a todas, pues los fichajes estrellas se sustituyeron por apuestas de cara al futuro (Abalde y Alocén) y las lesiones de los grandes referentes del equipo no han podido solventarse con cromos similares.
El momento en el que lo ha hecho no es ni mucho menos el oportuno. Es la principal crítica que se ha lanzado desde parte de la afición merengue. La noticia, que en Argentina comenzaba a circular por la tarde del jueves, estalló tras el duelo ante el Fenerbahçe. El Madrid pasaba de estar en lo más alto de la cima tras una paliza al equipo turco que suponía la clasificación para los playoffs a ver cómo uno de sus jugadores más determinantes se marchaba en plena madrugada. El viernes partiría a Estados Unidos para firmar con los Thunder. Una baja a apenas dos días de enfrentarse al Barcelona, partido clave por el liderato ACB, y sin opción de maniobra para reforzarse de cara a los playoffs de Euroliga.
El momento del equipo tampoco era el adecuado. El Madrid ha recuperado ligeramente la dinámica de triunfos, pero las últimas semanas han estado marcadas por las derrotas en Europa. Frente a la rotundidad de los triunfos en la competición nacional, el equipo de Pablo Laso ha echado en falta algo más de ritmo en la Euroliga, torneo por excelencia y al que aspira ganar el conjunto blanco. Se ha perdido contra todos los equipos españoles en Europa y ante potencias como Efes. Un mar de dudas que Laso y su staff han conseguido manejar cumpliendo sobre la bocina.
Y, por último, su adiós supone un nuevo golpe a la plantilla. Se perdió a Campazzo -una marcha que en el Real Madrid se conocía y estaba planificada, pero que trastocó algo los planes en el mercado-, se perdió a Randolph -lesionado hasta final de temporada- y también se vio como jugadores como Carroll, Llull, Taylor o Rudy, entre otros, abandonaban el equipo algunas semanas por problemas físicos. Pese a ello se han mantenido en lo más alto de la ACB y han firmado su pase a los playoffs de Euroliga, pero la marcha de Deck ha sentado como un nuevo contratiempo que superar en una de las campañas más complicadas de la 'era Laso'.
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