Felipe Reyes dirá adiós al baloncesto y al Real Madrid este jueves. El capitán, eterno, colgará las zapatillas a los 41 años y después de haber saboreado el éxito durante gran parte de su carrera. El cordobés, que llegó a vestir de blanco tras un fichaje en la primera etapa de Florentino Pérez, se despedirá de la profesión que le ha permitido hacer historia con el mismo presidente en la dirección de la entidad.
Era 2004 cuando se hacía oficial su incorporación. Un paso de gigante en su carrera, perseguido en gran parte por el propio Felipe. En 2001 el club blanco ya intentó hacerse con sus servicios, pero Estudiantes se negó y ejerció el derecho de tanteo para realizar una oferta imposible de sostener en el tiempo. Por eso mismo tres temporadas después se consumaba la operación, con el visto bueno y la confianza de Florentino Pérez.
Reyes se ponía la elástica blanca y se sumaba a un proyecto que buscaba recuperar el hambre de títulos. Entre otros, el por entonces interior de 24 años compartiría vestuario con Alberto Herreros, uno de los nombres que dirige hoy en día la sección. Y comenzaba la leyenda de un jugador que ha acabado escribiendo su nombre en las estadísticas del baloncesto patrio, del europeo y del mismo Real Madrid.
Su primera temporada se saldaría con una media cercana a los 9 puntos y 12 de valoración en competición nacional. Pero Reyes crecería, y mucho. La 2008/2009 sería su mejor campaña en cuanto a números, pues alcanzó los más de 15 puntos y 20 de valoración en toda la temporada de ACB. Y, en ese trayecto, conseguiría levantar una Eurocup y dos ACB.
No eran títulos suficientes. Y el Real Madrid comenzaría a vivir esa etapa que ahora parece olvidada: la de la crisis de la sección. El conjunto merengue, con Joan Plaza en el banquillo y Ramón Calderón en la presidencia, perdió fuelle desde el 2008. No por calidad del técnico, que había logrado una Liga y la ULEB, sino por plantilla y los objetivos. Llegaba la época difícil, la del dominio de Barça y su pelea con el actual Baskonia. La de las derrotas de Real Madrid a las primeras de cambio en los playoffs y la del imposible en Euroliga.
Una etapa clave para Reyes y que sirvió para curtir al capitán. Vivir siempre en el Olimpo no puede ser bueno y el cordobés comprobó lo que era recibir golpe tras golpe. Con el último cambio de directiva, al Madrid llegaron los fichajes y Messina. Sin embargo, el italiano dio nombre pero no resultados y el Real Madrid continuó sufriendo. Tanto que la tensión empezó a notarse en una grada cansada de no ver a los suyos triunfar en la pista.
La llegada de Laso
Pero en el verano de 2011 todo cambiaría. Pablo Laso se hacía con los mandos del equipo con la confianza de Juan Carlos Sánchez. Comenzaba entonces una nueva vida donde Felipe sería el rey. Si triunfaba con España, ¿por qué no hacerlo con el Madrid? El equipo blanco se reencontró con el éxito. Ganó Supercopas, Copas -con un dominio de cuatro años seguidos- y Ligas.
Sin embargo, lo más importante llegó en 2015, el año perfecto del Real Madrid. El cuadro merengue ganó la Euroliga en su pabellón después de quedarse a las puertas en anteriores ocasiones. Reyes lo ganó todo, incluida una Intercontinental que ya no disputan los Euroliga. Y se volvió a ver levantando el título europeo en 2018, sumando los dos cinturones continentales. Reyes se coronaba y hacía valer su actitud de capitán. Porque lejos de los micrófonos, siendo clave en la formación de jóvenes y manteniendo su jerarquía en un vestuario familiar y con un núcleo duro, el cordobés puso su grano de arena a la estabilidad de la sección.
Todo para finalizar una carrera difícil de igualar con dos Euroligas, una Intercontinental, siete ACB, siete Copas del Rey, seis Supercopas de España, una ULEB en el Real Madrid, además de los títulos con España. Porque en la Selección, donde ha formado parte de la generación de oro, obtuvo tres oros en el Eurobasket, dos platas, un bronce, un Mundobasket, dos platas olímpicas y un bronce olímpico.
Grande en equipo y silencioso en lo individual, se llevó dos MVP de la ACB, una presencia en el mejor quinteto de la Euroliga, dos MVP en la final de ACB y cuatro participaciones en el mejor quinteto de la liga nacional, así como los récords en Copa del Rey al ser el jugador con más minutos de su historia -como en ACB y Supercopa-, con más rebotes, con más robos, con más partidos y, como era de esperar, con más títulos.
Un adiós agridulce
El último capítulo de la leyenda Reyes, sin embargo, no ha podido ser del todo feliz. Como si de las peores historias se tratara, el capitán pondrá fin a su carrera tras una temporada en la que los aficionados apenas han podido acudir a los pabellones y donde el Real Madrid se ha visto perjudicado por las constantes lesiones. También el propio Felipe, que sumó a su falta de minutos unas dolencias físicas y un proceso de la Covid-19 que redujo su participación en la rotación de Pablo Laso.
El capitán, que apareció por última vez en el duelo ante Anadolu Efes, se marchará con un último bajo el brazo como la Supercopa de España. Pero, también, con la conciencia tranquila de haber comandado a un grupo que, sin activos en la plantilla, consiguió lucharle la liga al Barça y rozar el milagro europeo al Efes. Con sus cinco participaciones en Euroliga y las 11 en Liga Endesa, el eterno '9' del Real Madrid inicia una nueva etapa con el respeto de todo el baloncesto.
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