El Real Madrid sueña en Belgrado: de la revancha contra el Barça al ansiado trono de la Euroliga
El equipo de Pablo Laso regresa a la ciudad en la que se proclamó campeón de Europa por décima vez para medirse a su bestia negra de la temporada.
19 mayo, 2022 02:15Noticias relacionadas
La Euroliga abre este jueves su esperada Final Four en Belgrado. La máxima competición continental viaja a Serbia para buscar campeón entre los cuatro equipos clasificados. Olympiacos y Anadolu Efes abren la serie a las 18:00 horas de la tarde. Sin embargo, el partido esperado por todos arrancará a las 21:00 horas y será el que enfrente al Real Madrid y al FC Barcelona. Los de Laso vuelven a una ciudad en la que ya levantaron el máximo trofeo continental en el año 2018, todavía con Doncic a la cabeza.
Un Clásico entre dos de los equipos más poderosos del baloncesto europeo y que durante buena parte de la temporada se situaron al frente de la tabla de la Euroliga. El Barça finalmente aguantó el pulso hasta el final para terminar como líderes mientras que el Real Madrid terminó sucumbiendo tras sufrir una crisis institucional y deportiva que le relegó hasta la cuarta posición y que cerca estuvo de costarle el factor cancha en los playoffs.
Ambos son los grandes favoritos a levantar el título, con el permiso de Anadolu Efes, los actuales campeones. Sin embargo, el partido llega en unas circunstancias especiales ya que el Real Madrid parece haber superado su bache y ahora es un equipo renovado y en forma. El Barça, en cambio, no llega en su mejor momento. Sin ir más lejos, se clasificó para la Final Four tras superar una agónica serie contra el Bayern de Múnich que se fue hasta el quinto partido.
Será el séptimo Clásico de la temporada. Un partido muy esperado para todos, pero especialmente para un Real Madrid que ha perdido los últimos seis encuentros que han disputado contra el equipo de Sarunas Jasikevicius, quien parece tenerle tomada la medida al conjunto de Pablo Laso. La única victoria blanca llegó en el primer enfrentamiento, en la final de la Supercopa Endesa. Y desde entonces, una derrota tras otra que han convertido a esta semifinal de la Euroliga en el partido del año.
La revancha del nuevo Madrid
La pésima racha de resultados que atesora el equipo de Pablo Laso contra el Barça esta temporada ha provocado que el duelo contra los de Jasikevicius tenga una importancia especial. Lo principal es el billete para al final de Belgrado, pero es innegable que existe un componente de orgullo en un duelo para la historia. El Real Madrid necesita sacudirse la presión de verse dominado por su eterno rival. Y necesita también cortarle las alas a un Barça que se ha sentido claramente superior a su oponente por primera vez en muchos años.
Los blancos no han podido ganar a los azulgranas ni en Liga Endesa ni en Euroliga esta temporada. Además, han cedido también ante los culés el otro título que se ha puesto en juego este curso, la Copa del Rey, en una final muy polémica que merecieron ganar los madridistas. Las ganas de revancha en el vestuario que dirige Pablo Laso se cuentan por millares, pero el técnico vitoriano debe gestionar esas ganas para traducirlas, no solo en energía e intensidad, sino también en concentración y cabeza para un partido que promete ser largo y que casi con total seguridad se irá a muchos puntos.
A pesar de los malos precedentes, el Real Madrid tiene un gran consuelo y es que en apenas un mes ha conseguido cambiar su imagen por completo. Llegó completamente roto al final de la temporada, pero ha sabido recomponerse en el último momento. Los de Laso perdieron la segunda y la tercera posición en la clasificación de la Euroliga y a punto estuvieron de hacer lo mismo en Liga Endesa. Finalmente, han terminado segundos y en la competición continental pudieron salvar el factor cancha para jugar los dos primeros partidos de su serie ante Maccabi en casa.
Las buenísimas sensaciones que dejó el equipo en sus duelos contra los israelitas, siendo los únicos que solventaron su serie por la vía rápida del 3-0, les han hecho reinventarse y resurgir de sus propias cenizas para volver hasta lo más alto. Los blancos atravesaron una crisis tanto deportiva como institucional que a punto estuvo de poner la puntilla al proyecto de Laso tras más de una década histórica de éxitos.
El equipo entró en una pésima racha de resultados que no habían vivido nunca, acusó la plaga de lesiones con hombres importantes como Deck y Causeur entre algodones y en lo extradeportivo tuvo que hacer frente a las sanciones de Trey Thompkins y Thomas Heurtel. El americano y el francés fueron primero apartados de la plantilla para después ser reintegrados en el grupo tras haber salido de fiesta hasta altas horas de la madrugada en la noche previa a un partido de Euroliga fuera de casa. Un problema que salpicó a otras figuras como Guerschon Yabusele, quien solo fue sancionado económicamente al haber firmado recientemente una renovación de larga duración.
Thompkins y Heurtel, que saldrán este verano sin haber vuelto a vestir de blanco, formarán parte de la pequeña gran revolución que quiere llevar a cabo el Madrid en su vestuario. Jugadores como Williams-Goss, Anthony Randolph, Fabien Causeur o Jeff Taylor también tienen su futuro en el aire y muy complicado seguir en plantilla. Además, se deben cerrar todavía renovaciones como la de Rudy Fernández.
A pesar de esta aparente inestabilidad, Laso ha conseguido recuperar a su equipo en el momento justo, cuando se disputan los grandes títulos. Tras la derrota en el último Clásico y el posterior desastre ante el Bilbao Basket de Álex Mumbrú, el Real Madrid ha ido poco a poco recuperando su mejor versión hasta llegar a esta Final Four con una racha de nueve triunfos consecutivos, tres en Euroliga ante Maccabi y otros seis en Liga Endesa. Un final de temporada brillante que hace afrontar la fase final de la Euroliga con ganas de revancha y opciones reales de éxito.
Además, el Real Madrid sabe que el Barça, en las últimas semanas, no ha obtenido tan buenos resultados como ellos y eso les da moral porque ha visto la cara más vulnerable del equipo de Jasikevicius. De sus últimos 12 partidos, todos ellos tras el último Clásico, han conseguido 8 victorias y 4 derrotas. El camino hacia la revancha ya ha tenido ejemplos en los que poder mirarse.
La defensa y el juego interior
El partido entre el Real Madrid y el Barça promete ser una batalla en lo emocional, pero también en lo táctico. Mientras jugadores como Sergio Llull o Nikola Mirotic pondrán el sentimiento y el calor al partido, Laso y Jasikevicius intentarán poner la cordura y el conocimiento táctico para decantar un partido que vale un billete para la gran final de la Euroliga. Las pizarras del técnico vitoriano y el del lituano se vuelven a medir con varios puntos que prometen ser fundamentales.
El primero de ellos, especialmente para el Real Madrid, va a ser su defensa. Los blancos necesitan defender más y mejor que en Clásicos anteriores para intentar imponer su ritmo. Controlar mejor las ayudas, encontrar el sistema defensivo que pueda cortocircuitar a los culés y estar rápidos de manos en las transiciones para poder sacar todo el poder de sus contrataques. Si el Madrid corre significa que el partido está en su terreno. Además, en cinco de los seis Clásicos de este curso, el Barça ha estado en 83 o más puntos. Y en dos de ellos ha superado incluso los 90.
Para eso será fundamental la aportación de jugadores como Hanga o Jeff Taylor, especialmente en la defensa sobre los bases del Barça, uno de los puntos claves de su juego. Que Rudy Fernández pueda llegar en buena forma también sería fundamental, ya que nadie tiene una mejor lectura del pase rival que él en el baloncesto europeo.
El otro aspecto fundamental que debe trabajar el Real Madrid para imponer su ley es el juego interior. En su plenitud, los de Laso tienen a los dos mejores pívots de Europa. Tavares y Poirier están obligados a marcar la diferencia sobre Brandon Davies y Sanli. Especialmente sobre el turco, un jugador mucho menos potente y cuyo principal recurso es la técnica y poder jugar en posiciones exteriores. Los blancos deben hacer valer su superioridad tanto física como en centímetros en la zona para dominar la contienda. Esto se puede traducir en puntos y, sobre todo, en rebotes. Y con capturas defensivas, el Madrid tendrá más fácil regresar a su hábitat preferido, el contrataque.
Además, si el Barça se ve amenazado en la pintura, tendrá que aumentar la vigilancia por dentro y eso favorecerá a que el Real Madrid pueda jugar con mayor comodidad y libertad por fuera. Si jugadores como Tavares, Poirier o incluso Gaby Deck o Yabusele consiguen atraer la atención dentro, hombres como Llull, Causeur, Abalde o Rudy podrán aparecer para castigar desde el perímetro. Una de las claves de la recuperación del Madrid ha estado en su mejoría en el tiro exterior. Aunque a los blancos les faltan tiradores, han recuperado parte su capacidad para crear problemas a sus rivales.
El factor Mirotic-Laprovittola
El otro punto clave de la semifinal de la Final Four de Belgrado entre el Real Madrid y el FC Barcelona será controlar la brillantez de dos los mayores agentes desestabilizadores que hay en el partido. Son Nico Laprovittola y Nikola Mirotic. Los 'Nicos' del Barça han sido el azote de los blancos durante los últimos Clásicos, en especial el base argentino. El de Morón siempre le ha tenido ganas a su exequipo tras abandonar la disciplina merengue el pasado curso y ha brillado considerablemente siempre que se ha medido a los blancos.
En la primera victoria de los azulgranas, el base se fue hasta los 16 puntos, mientras que en los últimos dos partidos contra los blancos anotó 20 puntos en cada uno. El argentino, que no supo adaptarse al ritmo de juego del Real Madrid durante los meses que defendió la camiseta blanca, parece haberse acoplado a la perfección a la idea de juego de Sarunas Jasikevicius y se ha convertido en uno de los motores ofensivos del equipo. De hecho, es el gran artífice de que el Barça esté clasificado para la Final Four ya que fue una tortura para el Bayern de Múnich en el quinto y último partido de la serie de playoffs yéndose hasta los 26 puntos.
Además, ha conseguido formar un tándem casi imparable con la otra gran estrella del equipo, Nikola Mirotic. El internacional español se ha unido a Laprovittola para formar una sociedad que ha tapado el bajón de rendimiento de Nick Calathes, las ausencias de Brandon Davies o la lesión de larga de duración de Cory Higgins. Viene de ser nombrado MVP de la Fase Regular de la Euroliga y ahora quiere ajusticiar a su exequipo en un gran partido. Ya fue elegido como mejor jugador de la final de la Copa del Rey. El montenegrino, que ya ganó ese premio vistiendo los colores del Real Madrid, repitió galardón ocho años después con la camiseta del eterno rival. Y ahora quiere volver a serlo de la Final Four.
Para los blancos será clave que los dos jugadores encargados de frenarle tengan su idea. El primero de ellos será Gaby Deck, un habitual en estas funciones de defender a jugadores más altos que él y con capacidad para jugar por fuera. El argentino suele ser más rápido de piernas y de manos que ellos y ahí fundamenta sus armas. Además, su gran dureza no le hace salir perdiendo en el duelo físico e incluso es capaz de intimidar lo suficiente en la lucha por el rebote a pesar de la diferencia de altura.
El otro jugador que será clave en esta lucha es Guerschon Yabusele. El francés cuajó un inicio de temporada descomunal, pero el 2022 no ha sido su año. Además, no ha conseguido brillar en ninguno de sus enfrentamientos contra el Barça y eso ha generado dudas en torno a su figura, ya que se le fichó y después se le blindó para partidos de este calibre. Ahora, si consigue frenar la producción de Mirotic y destacar en ataque, habrá ganado enteros para ser el líder de un Real Madrid que estudia una gran reforma de cara a la nueva temporada, pase lo que pase en esta Euroliga.
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