El Real Madrid se quedó a las puertas de La Undécima. Los de Pablo Laso fueron por delante en el marcador prácticamente durante todo el partido, aunque nunca consiguieron una gran diferencia que pudiera ser suficiente. La final de la Euroliga se apretó en el último cuarto y la gestión de las últimas posesiones fue fundamental. Sobre todo la última, cuando los blancos habían gastado las faltas para entrar en bonus, Anadolu Efes iba uno arriba y quedaban 17,2 segundos para el final.
Los merengues decidieron no hacer falta y defender. Lo segundo lo hicieron bien ya que el tiro de Shane Larkin no acabó en canasta. El problema fue que el rebote fue disputado y esto hizo que la posesión se agotase. Los blancos tenían tres segundos de margen para un último ataque y el plan era coger el rebote y pedir tiempo muerto. Lo normal habría sido hacer una falta y contar con una posesión entera para poder empatar el choque o incluso ganarlo si había fallos en los tiros libres. No se tomó esa decisión y salió rana.
La decisión de Laso que si hubiera salido bien habría sido vendida como una genialidad no se pudo completar. Esto ha traído consigo muchas críticas que calificaban esta jugada como un "error del entrenador". Los merengues completaron una gran Final Four tras eliminar al Barcelona, además de competir con el equipo que defendía el campeonato en el choque por el título. Aún así, esos segundos podían haber cambiado el sino del camino a La Undécima.
La explicación
La resaca de la derrota del Real Madrid en la final de Belgrado está marcada, obviamente, por un final agónico en el que Pablo Laso tomó una decisión que él mismo reconoció después que podría no haber tomado.
"Es verdad que ahora lo fácil, cuando pierdes, es decir, que teníamos que haber hecho falta. Creo que teníamos suficiente tiempo con algo más de tres segundos entre el final de su posesión y el final del partido. Podíamos defender y tener la última posesión. No pudimos coger el rebote y no pudimos atacar. Si me preguntas ahora si teníamos que haber hecho falta en la última jugada, sí teníamos que haberla hecho, pero no sé que habría pasado", señaló tras el partido.
Sergio Llull anotó para poner el 57-58 a falta de 45 segundos. Desde entonces hubo dos faltas más: primero hizo una falta Guerschon Yabusele a Vasjle Micic (restaban 27 segundos) y después el mismo jugador francés la cometió sobre Larkin. Así el equipo entró en bonus y cualquier falta llevaba a Efes a la línea de tiros libres. La cuestión estaba también en que tras cada una de las faltas el reloj de posesión subía a los 14 segundos mientras los turcos gastaban tiempo.
Los rivales entendieron la decisión. Chris Singleton explicó que escuchó a Laso "gritando: Don't Foul". Bryant Dunston entendió la decisión: "Tienen jugadores que meten tiros importantes y creo que confiaban también en su defensa porque nos habían parado en el ataque anterior. Son un puñado de segundos, ahí se resuelve todo. Y tienen que hacer caso a Laso porque es un gran entrenador". Larkin, también: "Es una situación complicada. Si no agotamos la posesión, si tiramos rápido, les habríamos dado una oportunidad".
Los del Real Madrid también defendieron a su entrenador. Hanga explicó que querían "hacer una buena defensa limpia, pero no funcionó porque el rebote salió despedido muy alto y no nos dejó tiempo". Poirier cree que "si hubieran tenido tiros libres, habría sido todo más difícil". Por su parte, Yabusele acató órdenes: "Si nos hubiera dicho que había que hacer falta, habríamos hecho falta. Apostamos, y fallaron… pero se nos escapó el rebote. Pero el partido no se perdió ahí, fueron todos los tiros que se habían fallado antes".
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