Echando un vistazo atrás, cualquiera puede rebuscar entre su memoria y pensar en qué estaba haciendo cuando tenía 16 años. Habrá historias de todo tipo y condición, pero a buen seguro que ninguna de ellas será como la de Ismaila Diagne, el adolescente del Real Madrid que siendo todavía menor de edad deslumbró al mundo entero brillando en todo un Clásico frente al FC Barcelona.
El senegalés fue la gran novedad del quinteto inicial en el conjunto blanco. Chus Mateo le dio la alternativa justo el día que faltaba Tavares, una de las grandes estrellas del equipo, pero visto lo visto la responsabilidad no le pesó lo más mínimo. Parece que eso de la presión o el miedo escénico no van con él, porque se puede decir que siendo todavía un alumno dio toda una clase magistral en los 13 minutos que estuvo sobre la cancha.
La prueba era de un gran calado, y a cualquiera le hubiera entrado un vértigo increíble al verse jugando de titular contra el Barcelona. Sin embargo, Diagne parece hecho de otra pasta porque en el parqué del WiZink Center dejó una imagen de veterano. No era su debut con la camiseta blanca, la pasada temporada ya se había convertido en el segundo jugador más joven de la historia en estrenarse vestido de blanco tras Luka Doncic, pero este partido eran palabras mayores.
Terminó con 9 puntos, 8 rebotes (6 de ellos ofensivos), 1 tapón y 1 recuperación. Todo ello, para un total de 16 valoración, unos números sobresalientes para un adolescente que estuvo 13 minutos y 26 segundos sobre la cancha. Una actuación memorable para alguien que apunta maneras.
La apuesta de Chus Mateo
El Real Madrid se había encontrado en las horas previas a El Clásico con un problema de gran entidad. Walter Tavares, referencia y baluarte del juego interior blanco, se cayó de la convocatoria por una infección respiratoria. Una ausencia más que notable justo para jugar uno de los partidos más duros de toda la temporada en la Liga Endesa.
"Esto es un equipo y cuando no está papá Edy, estamos los demás", dijo Chus Mateo en la rueda de prensa anterior al encuentro, restándole importancia. Actitud de ganador la del técnico del Real Madrid, que jugó a lo grande tan sólo unas horas después cuando dio a conocer el quinteto inicial para medirse al Barça.
La sorpresa saltó al ver a Ismaila Diagne en el quinteto inicial. Campazzo, Musa, Abalde y Yabusele arropaban en ese equipo a un chaval de tan sólo 16 años que de repente se veía rodeado de grandes figuras para medirse al Barcelona. Chus Mateo le había dado las llaves del juego interior a un chico de instituto, y lo cierto es que la apuesta no le pudo salir mejor.
Lo más fácil hubiera sido apostar por Vincent Poirier, un hombre mucho más asentado y un jugador ya consolidado, pero en su lugar bajó la media de edad sobre el parqué para imprimirle garra y fuerza al juego del Real Madrid desde el primer minuto. Y estas cualidades, tal y como se observó con claridad, no son negociales para el senegalés.
Una exhibición desde el principio
49 segundos fue lo que tardó Ismaila Diagne en estrenarse como anotador en El Clásico. La primera canasta del partido llevó su firma, como si fuera un preludio de lo que estaba por llegar después. Aprovechó un tapón que se llevó Yabusele para cazar el rechace y anotar debajo del aro, una acción en la que demostró tener un gran olfato que le va a venir muy bien en su carrera deportiva.
El pívot se mimetizó a la perfección con lo que pidió Chus Mateo en los primeros compases del partido. El Real Madrid le imprimió una garra increíble a su juego, especialmente en defensa, y si se trata de físico eso no le va a asustar a un chaval de 16 años que puede aguantar lo que le echen.
El balance del primer cuarto fue una tarjeta de presentación sensacional. El senegalés finalizó el primer parcial con 7:14 minutos sobre la pista, uno de los que gozó de más tiempo de juego, 5 puntos, 7 rebotes, 1 recuperación y 11 de valoración. Si el plan era sorprender con su presencia, desde luego que el objetivo en ese arranque de encuentro quedó más que cumplido.
Y es que al margen de lo más llamativo, la anotación, la aportación de este chico de 2,11 metros al juego del Real Madrid fue fundamental en otros aspectos. Uno de ellos en el defensivo, porque no se arrugó en las acciones, y otro en el rebote, ya que los 7 rechaces cazados en ese arranque y especialmente los 5 en ataque le dieron un plus al conjunto blanco para tener las primeras ventajas del encuentro.
Después Chus Mateo, como era de esperar, le dio muchos más minutos sobre la pista a Poirier, y el francés cumplió también a la perfección porque terminó dando un recital y fue el máximo anotador del encuentro con 22 puntos. Un plan muy bien ejecutado por el entrenador del Real Madrid, que todavía tenía previsto hacer que Diagne volviera a la pista.
Lo hizo para terminar el partido a lo grande. Sumó un tapón a su actuación y terminó el encuentro con 9 puntos, algunos de ellos en acciones sencillamente espectaculares. Se marcó un 'alley oop' brillante con el Chacho que puso patas arriba al WiZink Center y hasta a su propio banquillo, y machacó con poderío la canasta en otra ocasión.
Fue la sensación de un Clásico que cayó del lado del Real Madrid por segunda vez esta temporada, una apuesta de Chus Mateo que se exhibió a lo grande para sustituir a Tavares. Al fin y al cabo, un adolescente de tan sólo 16 años que demostró que tiene mucho futuro en esto del baloncesto y que puede darle muchas tardes de gloria al conjunto blanco.