El 22 de enero de 2015, Martin Odegaard firmaba oficialmente por el Real Madrid. Un sueño hecho realidad para un joven futbolista de tan solo 16 años pero con un enorme cartel a sus espaldas. El conjunto blanco se adelantaba a los grandes clubes europeos y se hacía con uno de los jugadores con mayor proyección del continente.

Su lugar estaría en el Castilla, por aquel entonces dirigido por un tal Zinedine Zidane. Con el francés no logró encontrar su sitio en una división de mucho esfuerzo físico y más para un chaval de tan corta edad. Su paso por el filial blanco no se puede tildar de ser un fracaso. Su mejoría ha sido patente en el inicio del presente curso y, sumado a los entrenamientos con el primer equipo, el Odegaard que se marcha para Holanda es bien diferente al que llegó tímidamente desde el Stromsgodset.

El Heerenveen recoge el testigo para continuar con la formación de Odegaard. El destino ha sido escogido con mimo por el Real Madrid y el club tulipán se antoja ideal para el noruego. Una liga menor en Europa pero que le permitirá acumular minutos y disfrutar de un juego más vistoso y alegre que la 2ªB española. La Eredivisie es la cuna de grandes jugadores que dieron sus primera patadas en dicha liga. Viejos conocidos para el madridismo como Van Nistelrooy o Huntelaar vistieron en antaño la camiseta de franjas azules y blancas en sus inicios.

El conjunto dirigido por Jurgen Streppel aspira a colarse en los puestos de Champions con un planteamiento muy ofensivo que es lo que necesita Odegaard para sacar a relucir sus cualidades. En Madrid se observará con detenimiento al futbolista, que ya ha debutado en su nuevo equipo, con la convicción de que este paso en su carrera le servirá para volver hecho un hombre al Santiago Bernabéu.