Danilo llegó al Real Madrid hace dos veranos procedente del Oporto por la nada despreciable cifra de 30 millones de euros, una cantidad importante para tratarse de un futbolista de su posición. Junto a Benítez, llegó con el cartel de titular y ser la competencia de Dani Carvajal para el carril derecho. Sin embargo, su nivel no fue el esperado y poco a poco fue perdiendo su sitio en beneficio del internacional español.
La sensación era que Danilo se había visto superado por la magnitud del club blanco y estaba sufriendo en su adaptación. Con la llegada de Zidane, la situación iría a peor y se convertiría en suplente habitual, pero el francés no perdería la fe en el brasileño. Las rotaciones y la llegada de una nueva temporada parecía significar un cambio de rumbo para el lateral pero no fue el caso.
Danilo nunca ha contado con el beneplácito del Santiago Bernabéu, pero en el encuentro de Copa ante el Celta el malestar fue notorio en el momento de ser sustituido como se pudo apreciar por los pitos procedentes de los aficionados blancos. Las puertas de la titularidad parecían cerrarse para él pero de golpe y porrazo una desafortunada lesión de Carvajal, que le mantendrá alejado de los terrenos de juego por cinco semanas, será la oportunidad perfecta para Danilo de dar la vuelta a la tortilla.
El brasileño tiene por delante varias citas de suma transcendencia para el devenir del equipo en las que no podrá cometer el más mínimo fallo. Su destacado paso por Portugal y algunos coletazos de calidad mostrados con el escudo del Madrid en el pecho bien merecen una oportunidad más para el futbolista. El vestuario apoya a Danilo, Marcelo es su mentor en el día a día y se siente arropado por el resto de sus compañeros.
Danilo tiene entre sus manos el que podría ser su último billete hacia un futuro de blanco. El Madrid apostó fuerte por él hace dos temporadas y es momento para que el futbolista demuestre por qué es merecedor de vestir la camiseta más codiciada del planeta. La bocina del tren aprisa a Danilo, no puede permitirse perderlo una vez más.