Cristiano Ronaldo es un jugador que, tanto para lo bueno como para lo malo, no deja indiferente a nadie. Su dimensión y todo lo que mueve a su alrededor coge más trascendencia que si proviniese de cualquier otro jugador. Ese es el motivo por el cual ante un leve bajón en su rendimiento, los detractores aparecen vorazmente para sumirle en críticas.
La plantilla, el cuerpo técnico y el club entienden que las críticas hacia su estrella provengan de las aficiones rivales porque eso forma parte del fútbol. Pero lo que no comprenden es que parte de la grada del Santiago Bernabéu pite a un jugador, tal y como ocurrió el pasado domingo frente a la Real Sociedad, que lo ha dado todo por el madridismo y que año tras año consigue unos números de récord.
Sin embargo, tanto la cúpula del Real Madrid como el vestuario tienen fe y confianza incondicional en el que para ellos es el mejor y el emblema del equipo. Sus compañeros tienen claro que el portugués siempre aparece en los momentos importantes, y que a partir del mes de marzo es cuando podrá verse la mejor versión de Cristiano.