Cristiano fue uno de los jugadores que vio como el Bernabéu se ponía en su contra en momentos puntuales en el encuentro del pasado domingo frente a la Real Sociedad. El luso tuvo que escuchar los pitos del coliseo blanco en más de una ocasión, gesto que no le gustó y provocó su enfado.
Pese a todo, Cristiano sabe que se debe a sus aficionados y que lo del domingo no es lo habitual dentro de un Bernabéu entregado al grito característico del portugués cada vez que este anota gol.
Así, este miércoles, a la salida del entrenamiento en Valdebebas, eran varios los aficionados madridistas que esperaban a los jugadores del primer equipo en busca de una firma o una fotografía con sus ídolos. Cristiano, como no, es de los que más revuelo genera y, en un bonito gesto con los fans, se paró para atenderles y sacar una sonrisa en cada uno de sus rostros.