El alcalde de Vigo, Abel Caballero, decidió este sábado que había que suspender el partido en Balaídos entre el Celta de Vigo y el Real Madrid por el fuerte temporal que había en la comunidad gallega. La Liga, por su parte, no se pronunció hasta la noche del mismo sábado, sobre un partido que debía jugarse este domingo a las 20:45 horas. El conjunto madridista estaba dispuesto a viajar a Vigo, pero el alcalde se mantenía en sus trece de que no se podría jugar, ya que, según el informe técnico, la racha de viento debía ser menor a los 40 km/h para poder reparar la cubierta, algo que no sucedería hasta el martes.
Cuál ha tenido que ser la sorpresa de Caballero al encontrarse un domingo espléndido en Vigo, sin una gota de lluvia, con un día de sol y con rachas de viento que no superan los 13 km/h. Con su afán por suspender el partido, el alcalde ha quedado retratado y ha favorecido a un Celta que tiene partido entre semana, perjudicando también al Real Madrid, que puso todo de su parte por poder jugar el encuentro en Balaídos.