Zidane ha dejado clara su política de no arriesgar con ningún jugador. Al igual que sucedió con la vuelta de Casemiro, todo hace indicar que la de Bale recorrerá el mismo camino. El galés por tanto, dispondrá de una media hora frente al Espanyol –si el resultado lo permite- y será de la partida frente al Valencia, jugando 60 minutos.
Con esta carga de minutos en sus piernas, sería en el partido frente al Villarreal cuando el galés estaría completamente preparado para disputar los 90 minutos de partido, algo que deja de manifiesto las intenciones de Zidane de cuidar a todos sus jugadores.
Por ello, el de Cardiff se convertirá en el revulsivo para el partido del próximo sábado en el Santiago Bernabéu frente al equipo de Quique Sánchez Flores, ya que Álvaro Morata, Lucas Vázquez y Mateo Kovacic serán de la partida del entrenador francés para medirse al Espanyol, rotaciones que dejarán a Gareth Bale como la principal arma de Zidane si necesita cambiarle la cara al partido.