El Real Madrid se enfrentaba al Espanyol este sábado y, en la previa, un hombre era el protagonista: Gareth Bale. El galés volvía a ser parte de una convocatoria del equipo blanco casi tres meses después de caer lesionado en Champions contra el Sporting de Portugal. Y el retorno no podía haber sido mejor para el de Cardiff.
En poco más de 20 minutos, a Bale le dio tiempo a todo. El galés entró en sustitución de Morata y ocupó su posición natural, la banda izquierda. Desde esa zona demostró que, pese a estar casi 90 días en el dique seco, mantiene la velocidad y el físico a los que tiene acostumbrados a los aficionados. Desbordó, centró, se asoció con sus compañeros, en definitiva, una muy buena actuación del 'Expreso de Cardiff' en su vuelta.
Y todo ello lo redondeó con un gol. A pase de Isco, Bale se marchó en carrera y batió a Diego López para cerrar un partido que, si bien no corría peligro por lo poco demostrado en ataque por los de Quique Sánchez Flores, no terminaba de ser tranquilizador por lo escaso de la ventaja. Bale ha vuelto de una forma soñada, y, aunque todavía no está a tope físicamente, ha demostrado que está listo para ayudar al equipo en la lucha por la Liga y la Champions.