Nacho Fernández se ha convertido desde hace varios meses en uno de los iconos del Real Madrid, en un jugador que se deja la piel en cada partido como si del último se tratara, que respira madridismo puro, sin hipocresías, tan solo trabajando y luchando por un puesto en el equipo que tanto ama.
El jugador español se limita a jugar y defender el escudo que lleva pegado en el pecho, no importa la posición en la que tenga que hacerlo, no importan los minutos que disponga para ello, la única idea que pasa por su cabeza es la de conseguir los tres puntos en todos y cada uno de los partidos.
Nacho es un motor silencioso, apagado no hace ningún tipo de ruido, pero encendido tampoco. Nunca ha puesto una mala cara, nunca ha tenido un mal gesto, respeta y comprende las decisiones de sus entrenadores, y sigue trabajando duro si una de ellas no le ha terminado de convencer, esforzándose por cambiarla a base de entrenar e intentar ser mejor de lo que ya es.
El central del Real Madrid está siendo uno de los jugadores más en forma de la presente temporada, disfruta de más minutos que los años anteriores, partidos donde no deja de demostrar que es un jugador diferente, que pese a no entrar en el once titular fijo de Zidane, siempre responde de la mejor manera. Es un seguro de vida en cualquier posición que juegue, y quizás, por todo ello, merezca más minutos de los que ya tiene.