El Real Madrid no aprovechó la oportunidad que se le presentaba este miércoles para distanciarse en La Liga. La derrota en Mestalla hace que los de Zidane se mantengan a un punto del Barcelona en la tabla de clasificación, por lo que no pueden pinchar si quieren seguir siendo líderes. Por ello, esta semana se presenta como clave en el devenir de la competición.
Los blancos afrontan tres duros partidos en siete días. El primero es este mismo sábado ante el Villarreal en el renombrado Estadio de la Cerámica, antiguo Madrigal. Los merengues ya pincharon ante los castellonenses el pasado curso, por lo que ya saben qué no deben hacer si quieren sumar tres puntos. Además, el Barcelona visita al Atlético de Madrid y el Sevilla al Betis, por lo que es factible que se dejen algún punto.
Tras esta jornada, Las Palmas y Éibar, jornada en la que el Barça se enfrenta al Celta, serán los siguientes rivales de los merengues, dos equipos que están demostrando un muy buen nivel este curso. Serán tres importantes piedras de toque para un equipo que tiene en el horizonte cercano al Nápoles en Champions. Llegar con buenas sensaciones al duelo de octavos en Italia dependerá de lo que ocurra en los próximos siete días, una semana perfecta para dar un golpe en la mesa.