El conjunto que dirige Zinedine Zidane visita este fin de semana al Villarreal tras haber perdido en Mestalla, equipo que ya puso en apuros a los blancos en la primera vuelta. Aquel momento supuso un punto de inflexión en el buen trascurrir de la temporada que hasta entonces llevaba el Real Madrid. El empate ante el submarino fue el inicio de una racha de cuatro empates consecutivos que sembraron dudas, tres de ellos ante equipos que visten amarillo.
Tras la convalecencia por la que se denominó fiebre amarilla, el Real Madrid respondió de la mejor manera posible: goleada a domicilio ante el Betis, después otra al Legia, victoria al Athletic por 2-1 en el Bernabéu, apisonadora sobre la Cultural Leonesa y un contundente 1-4 al Alavés en Mendizorroza.
El Real Madrid debe llegar al Estadio de la Cerámica con la vacuna puesta. No se puede permitir otro tropiezo si quiere mantener la ventaja en el liderato y además, el partido entre el Atleti y el Barça con el conjunto rojiblanco en un buen momento de forma pueden ayudar a que la ventaja incluso aumente siempre y cuando el Madrid obtenga los tres puntos.