"Gil Manzano y sus asistentes han salido del estadio con bolsas de plástico del Real Madrid. Eso no está bien", esas fueron las declaraciones de Fernando Roig, presidente del Villarreal, tras el encuentro ante el Madrid. Una excusa pobre que buscaba apartar la mirada de la remontada blanca y señalar al colegiado.
Las bolsas existían y los árbitros abandonaron el Estadio de la Cerámica, ahí tenía razón el máximo dirigente del conjunto amarillo. Sin embargo, es algo habitual en el club blanco, no algo excepcional como parecía querer indicar Roig. El Real Madrid, como otros clubes como el Barcelona o el Espanyol, acostumbra a regalar algún detalle al cuerpo arbitral después de cada partido. En la bolsa tan solo había bolígrafos, llaveros, pines y objetos sin valor material que pueda sospechar del club merengue y el colegiado.
Los regalos de este son habituales dentro del mundo del fútbol. Jurado, el la última visita al Bernabéu con el Espanyol, abandonó el feudo blanco con una bolsa del estilo. Además el Madrid también acostumbra a regalar a los colegiados una camiseta con el encuentro serigrafiado.
Fin a una historia creada por interés por el presidente del Villarreal. El Madrid protagonizó una remontada épica, con o sin bolsa, y se llevó los tres puntos de vuelta a la capital. El líder sigue con paso firme sin atender a polémicas innecesarias.