Fernando Roig sembró la polémica al afirmar que Gil Manzano había salido del estadio del Villarreal con una bolsa del Real Madrid, pero rápidamente las instituciones arbitrales trataron de normalizar la situación aclarando que se trata de una práctica habitual en prácticamente todos los clubes. Como ejemplo, el Sevilla, que hasta hace algunos años otorgaba a los árbitros algún obsequio a modo de agradecimiento.
En el caso del club andaluz, este regalo solía ser una corbata en la que estaba bordado el escudo del club, tal y como asegura Okdiario. Un objeto tan simbólico como los llaveros o los bolígrafos con los que los colegiados abandonaron la noche del domingo el Estadio de la Cerámica.