Lo que resta del camino a cuartos de final de la Champions League no va a ser un paseo para el Real Madrid. El conjunto merengue llega con los deberes hechos tras el 3-1 en el Bernabéu, pero no puede confiarse ante un Nápoles que jugará su partido más importante de los últimos tiempos.
San Paolo será el escenario, un terreno que se espera hostil para el Real Madrid. El estadio napolitano se parecerá en todos los sentidos a una escena propia de gladiadores, con una grada dispuesta a ejecutar a los de Zidane a sangre fría. Llena hasta la bandera, la grada está lista para un encuentro vital para los suyos y promete apretar e incomodar a los blancos hasta puntos insospechados.
El presidente De Laurentiis y el propio club se encargarán de calentar el encuentro en las horas previas y conseguir que en San Paolo se respire el ambiente de la remontada. El Real Madrid tendrá que emplearse a fondo contra doce, los once del césped más su público, que estará con un cuchillo entre los dientes dispuesto a pasar a cuartos de cualquier forma.