La Liga ha vuelto a estar más apretada que nunca tras varios meses de liderato incondicional y absoluto del Real Madrid. Los pinchazos del equipo blanco y algunos errores arbitrales en partidos claves de la temporada han terminado por poner al Barcelona a tan solo dos puntos, pero con un partido menos para los blancos.
Por el contrario, el equipo catalán, pese a estar más cerca que nunca del conjunto madridista, sigue escudándose en los árbitros para intentar tapar el poco juego que lleva mostrando desde que comenzó la competición española, un modelo de fútbol basado en sobrevivir con los tres jugadores de arriba, futbolistas que deben cuajar siempre un gran partido si el Barcelona no quiere ver en apuros los tres puntos.
Sin embargo, contra el Deportivo de la Coruña, Messi, Neymar y Luis Suárez seguían de resaca. El brasileño decidió tomarse unos días de descanso para poder celebrar el cumpleaños de su hermana, algo que no sorprende en absoluto. Por el contrario, Messi y Luis Suárez fueron titulares, pero desaparecieron a medida que avanzaban los minutos, una situación que terminó por sentenciar al equipo catalán, ya que esta vez no hubo ayuda por parte del colegiado, Fernández Borbalán.
El Barcelona siempre ha salido de los momentos más difíciles con una ayuda añadida como ya ocurriese frente al PSG, donde Deniz Aytekin entregó en mano la clasificación para los cuartos de final de la Champions League al conjunto de Luis Enrique, cerrando así uno de los mayores escándalos de los últimos años, uno más que se suma a la lista e los blaugranas.
Pese a ello, Gerard Piqué y su grupo de tuiteros particular siguen escudándose en los árbitros para tapar las vergüenzas del equipo, sin contar en los 506 días que lleva el Barcelona sin ver una tarjeta roja en La Liga. La última expulsión que sufrió el club catalán se remonta al 26 de octubre de 2015, donde Mascherano se tuvo que ir a los vestuarios tras insultar gravemente al juez de línea.