Gareth Bale volvía de la sanción de dos partidos por la expulsión frente a Las Palmas y se notó. Al galés se le vio algo descafeinado y sobre todo falto de ritmo frente al Athletic. Aun así, hizo gala de su gran fondo físico para aguantar sobre el césped los 90 minutos. Ese sobreesfuerzo ha hecho mella en el once blanco al finalizar el encuentro. Tras la conclusión del mismo, se ha podido ver al futbolista de Gales en el vestuario con hielo en sus tobillos. Algo normal y que no reviste lesión alguna.
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