Carlo Ancelotti protagonizó la imagen del duelo ante el Borussia Dortmund, y no fue ninguno de los goles. En el cambio de Ribéry, el jugador se retiró muy molesto y pidiendo explicaciones con evidentes gestos de enfado. El técnico, en su actitud calmada normal, en lugar de entrar en polémicas o darse media vuelta, cogió al francés entre sus manos y le dio un beso en la mejilla ante lo que poco pudo hacer el jugador.

La sorpresa de Ribéry fue tal, que no le quedó otra que reirse y fundirse en un abrazo con su técnico, hacia el que ya no le quedaba ni una sola palabra de reproche. El buen ambiente entre Ancelotti y sus jugadores es patente hasta en los berrinches y no hay ningún signo de fractura, por ligera que sea, en el equipo al que este miércoles se enfrenta el Real Madrid

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