Sergio Ramos tiene asegurado un hueco dentro del grupo más selecto de la historia del Real Madrid. El camero será recordado en un futuro como uno de los grandes capitanes del club blanco y razones no faltan. El zaguero se ha vestido de héroe merengue en innumerables ocasiones pero es que además está ejerciendo, desde que endosara el brazalete, como un capitán de los de verdad.

Una figura que se echaba en falta en el Madrid pero que ha encontrado en Ramos el estándar ideal. "El club por encima de todo", ese es el lema del andaluz y lo demuestra cada vez que hace acto público. Ya sea sobre el campo, en vestuarios o ante la prensa, lleva el papel de capitán a rajatabla y sus compañeros lo saben.

Tras el derbi, Ramos dio un toque de atención al equipo. Había que implicarse más y, ¿que pasó en Múnich? Los once que estuvieron sobre el campo corrieron como nunca y trabajaron en defensa hasta el punto de ver a Bale más en campo propio que en el rival. Otra clave para entender el trabajo del capitán es como levantó a sus compañeros uno a uno tras el gol de Vidal y como protestó el penalti -inexistente- por mano de Carvajal. A ello hay que sumarle un nuevo milagro en forma de gol en el descuento pero, y que sirva como excepción, no subió al marcador por fuera de juego.

El Real Madrid ha encontrado el capitán que tanto necesitaba. Alguien al que no le tiembla la voz para defender al club públicamente y responder de manera elegante a aquellos que atacan día sí y día también a la entidad merengue. Es una pieza imprescindible dentro del vestuario. Sergio Ramos es el Gran Capitán.

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