"Solo pido al Bernabéu que no me silben", así se dirigía Cristiano a la afición blanca tras protagonizar otra actuación memorable que daba el pase a semifinales de la Champions al Real Madrid. Antes de eso, en la primera parte, se escucharon pitos dirigidos al portugués el cual no se los tomó demasiado bien.
El Bernabéu siempre es exigente por definición. Pide el cien por cien a sus jugadores y cuando las cosas no terminan de salir bien se lo hacen saber. La gran mayoría de las leyendas merengues han escuchado en alguna ocasión los silbidos de las gradas del coliseo blanco, incluido Zidane.
Cristiano ya ha sido pitado en el pasado y no lo soporta. No le sienta bien que su propia afición le silbe en mitad de un encuentro. Este martes, la marea blanca se impacientó cuando, en el minuto 36, en una contra del '7' y Benzema, el portugués decidió probar suerte con el disparo en lugar de dársela a su compañero. El actual Balón de Oro no recibió el gesto de buen gusto y se lo guardó durante el resto de la velada.
Pero Cristiano contesta sobre el campo. Terminó marcándole tres goles al Bayern. En la celebración del primero tuvo un gesto reivindicativo mandando callar a la zona que previamente le criticó. Se llevó el balón para casa y dejó al Madrid un pasito más cerca de la final de Cardiff. Tocaba reconciliarse con la afición.
PAZ PARA UNIR A LA AFICIÓN
Cristiano es querido en el Bernabéu y lo sabe. A veces le sorprende la poca paciencia que se tiene con él cuando casi siempre aparece en los momentos críticos. Con el pitido final fue el primero en hablar públicamente y enterró el hacha de guerra. El '7' pide paz al Bernabéu. Pide que la afición se entregue como en los compases finales del partido y se deje de críticas prematuras. Todos juntos -jugadores y afición- llevarán al Madrid hacia la Duodécima.
Los aficionados madridistas se acuerdan de Cristóbal Soria tras el partido ante el Bayern by footbie.com