Nacho se ha ganado el respeto del mundo del fútbol por méritos propios. El central madridista ha dejado de ser definitivamente el cumplidor, pues no solo cumple, si no que sale con nota de los terrenos de juego. Su polivalencia le hace fundamental en la plantilla merengue y su incansable trabajo le ha valido la confianza y el cariño del técnico y la afición.

Tras un mes de abril en el que lo ha jugado todo, Nacho volvía al banquillo en Champions ante el Atleti. Varane, ya recuperado, volvía al once titular relegando al español a la suplencia. Sin embargo, Danilo era desterrado a la grada y Nacho se quedaba como la única opción ante un posible imprevisto en la zaga. Dicho y hecho, Carvajal se lesionó al final de la primera parte y el '6' se enfundó el peto para calentar en el descanso. 

Aunque por motivos desagradables, Nacho volvía a tener minutos. Seguro que hubiera preferido no tenerlos y que Carvajal no estuviera ahora haciéndose pruebas, pero lo cierto es que pasó. El central se puso el traje de la versatilidad y se colocó en el lateral derecho dispuesto a salvar los muebles ante un duro golpe para el equipo. Nacho, lejos de mostrar ni un ápice de rencor ni molestia por no haber entrado en el once, volvió a sacar nota en el examen de la Champions.

Nacho se ha consolidado como el seguro de vida del Real Madrid. En una zaga muy castigada por las lesiones, el canterano se ha mantenido con la capa de superhéroe, al pie del cañón y siendo la primera opción de Zidane para suplir a los titulares. La importancia del internacional español no se discute y es un pilar fundamental en este Real Madrid.

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