La última cumbia de James: el adiós de la estrella intermitente
La noche del domingo será recordada como la despedida de James Rodríguez del Bernabéu. Su forma de abandonar el campo le delata y el coliseo blanco le respondió con una cerrada ovación. Se reconcilia con el madridismo en su marcha un jugador que apuntaba a Balón de Oro a su llegada y que ha terminado quedándose sin hueco en el club de sus sueños.
15 mayo, 2017 08:47Noticias relacionadas
El sueño de James Rodríguez en el Madrid llega a su fin. Sus aplausos hacia la grada, a la vez que daba un giro sobre sí mismo, mientras que todo el Santiago Bernabéu le bañaba en aplausos, es una simbólica imagen que pasará al recuerdo como la despedida del colombiano del coliseo blanco.
Corría el minuto 61 de partido cuando James ponía rumbo al banquillo. Ante el Sevilla, el '10' fue titular. No fue su mejor partido quizás fruto del nerviosismo por disputar su último partido en el Bernabéu. Cuando el cartel del cuatro árbitro marcó su dorsal todo se paró durante unos segundos y el colombiano se convirtió en el centro de atención.
Una reacción de mutuo respeto entre afición y jugador que han tenido sus más y sus menos, sobre todo, en los dos últimos años. James ha sido pitado por una grada que sabía de sus cualidades las cual no sacaba al cien por cien sobre el césped. Tras una primera temporada ilusionante, la llama del cafetero se fue apagando hasta encontrar en el banquillo su posición habitual.
Llegó con el cartel de futuro Balón de Oro, posición que remarcó durante su primer año. Estaba llamado a marcar época en el club de sus amores pero la gloria se fue tan rápido como llegó. Sus problemas con Benítez, sus salidas de tono en Colombia... En el Madrid se llegaron a hartar del futbolista que se dio cuenta de que no era el camino a seguir y dio un giro radical de actitud con la entrada del presente año. Demasiado tarde. Además, la irrupción de Asensio y la continuidad de Isco le cierran por completo la puerta del Madrid.
FIN DE UNA ETAPA
James pone fin a su etapa en el Bernabéu y solo le quedan tres partidos más para llevar el escudo del Real Madrid en su pecho. Al menos, a su marcha, podrá llevarse un doblete histórico si se ganan los tres encuentros restantes. Ya habrá tiempo de despedidas mucho más emocionales una vez terminado el trabajo. Sin embargo, el Bernabéu ya ha dado su visto bueno a un jugador con calidad a rebosar pero con una luz intermitente que le ha impedido triunfar en el mejor club del mundo.
James se luce en el entrenamiento con una chilena by footbie.com