El Atlético de Madrid echó el cierre al Vicente Calderón tras ganar por 3-1 al Athletic de Bilbao. Los colchoneros se despidieron del estadio del Manzanares tras 50 años jugando allí, y en la despedida de aficionados y jugadores más el cuerpo técnico dejó una cara no conocida hasta ahora de Antoine Griezmann.
El francés mostró el único título que ha conseguido con su actual club, la Supercopa de España de 2014. Tras esto, todo el estadio comenzó a dar gritos de aliento a su equipo y cánticos para animar al conjunto rojiblanco tras la dura eliminación en semifinales de Champions que sufrió por parte del Real Madrid.
Uno de esos cánticos era el de sobra conocido "quién no salte madridista es", otra muestra más del complejo de inferioridad que ellos mismos crean con respecto a su vecino. El delantero no dudó en comenzar a corear y a saltar como el que más sobre el césped. Saúl, Koke y Moyá acompañaron al francés, quien se mostró muy efusivo tras las vinculaciones que ha tenido con el conjunto blanco y sus recientes declaraciones sobre continuar en el Atleti. Todo indica que Griezmann jugará en el Wanda Metropolitano la próxima campaña, aunque en este deporte todo es posible.
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