Míchel acabó muy tocado en el partido de su equipo en el Camp Nou. Los graves errores arbitrales perjudicaron de lleno al Málaga y el técnico mostró su indignación en la rueda de prensa posterior al partido. No obstante, también tuvo problemas con la afición catalana mientras se disputaba el duelo.

El entrenador pidió al colegiado que parara el partido tras recibir duros insultos por parte de la grada, según recogieron las cámaras de El Día Después. "¡Árbitro! Para el partido. ¡Me están llamando maricón!", señalaba el entrenador, y añadía: "¡Eso no se lo dices!, ¿eh?", refiriéndose al colegiado.

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