El Barça venció al Chelsea por 3-0 en un partido donde Messi fue el protagonista para lo bueno y para lo malo. El delantero estuvo en todas: marcó un doblete y tuvo un tenso enfrentamiento con Skomina, el árbitro del encuentro. Sucedió en la primera parte. El colegiado esloveno pidió al argentino que bajase las revoluciones durante una protesta, algo que no le debió sentar nada bien, como muestran las imágenes de ESPN.

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En ese momento, Messi se alteró y se dirigió al él con el dedo índice levantado y le dijo: 'No me hables mal. Yo no te he faltado al respeto'. Una reacción un poco incomprensible ya que Skomina no le había dicho nada malo. Una acción que ha pasado casi desapercibida pero que si hubiese sido Cristiano habría tenido más repercusión.

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