La herencia de Zidane: un ejemplo de lo bueno y lo malo
Zidane ya forma parte del pasado del Real Madrid. El nuevo entrenador todavía es un misterio pero hay varias consignas claras a seguir sea el que sea el nombre del sucesor del francés. Las rotaciones, la relación con el vestuario y su impecable actitud de puertas para fuera convirtieron al galo en un entrenador único. Eso sí, hay otros puntos a mejorar.
8 junio, 2018 12:27Noticias relacionadas
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La dimisión de Zidane ha pillado a todos por sorpresa e incluso dentro del propio club, donde se esperaba a estas alturas que el francés fuera a comunicar su adiós. El Real Madrid sigue en busca de un nuevo entrenador pero está claro que es importante no echar por tierra el trabajo del galo que ha conseguido conformar un equipo unido e imponente, a partes iguales. También es momento para arreglar los errores cometidos este curso.
LO BUENO:
El sistema de rotaciones
Si entrenadores como Ancelotti apostaban por un once concreto y poco más, Zidane ha supuesto un antes y un después. El francés ha marcado tendencia con su Plan B. Este dio sus mejores frutos en la temporada 2016/2017 con Isco, Morata y compañía, pero está claro que contar con toda la plantilla es fundamental. Mantener a todos enchufados, esa era la consigna del técnico. El reparto de minutos entre todo el equipo es idóneo también para dar descanso a las estrellas. En definitiva, todos tienen que jugar. Por partidos no será...
Relación con el vestuario
El vestuario del Real Madrid ha sido una piña durante estos gloriosos dos años y medio. Respetado por todos, Zidane apenas tuvo problemas con sus jugadores, más allá de tensiones con James, Morata o Bale. Los pilares como Cristiano Ronaldo o Ramos siempre se rindieron a él. Un vestuario unido a su entrenador es una de las claves del éxito y el del Madrid lo ha estado durante la era Zidane. Sus jugadores le defendieron a muerte en público y él hizo lo propio en cada rueda de prensa. El buen ambiente reinó en el vestuario y el Madrid mandó en Europa.
Presencia de puertas para fuera
Zidane nunca dio la sensacion de perder los nervios de cara al publico incluso en los peores momentos. Y, aunque a alguno le sacara de sus casillas esta actitud del francés, no se puede negar que su hoja de ruta tuvo sus frutos. A la defensa a sus jugadores hay que unir su actitud para hacer de lo extradeportivo algo insulso para él. Sin olvidar que nunca dejó de defender al club de su vida. Nada que ocurriera fuera del campo debía afectar a su equipo. Esa era su filosofía. La 'FeliZidane' inundó el madridismo. Aunque el francés ya no esté, esta no debe acabarse.
LO MALO:
La Copa para los suplentes
Está claro que uno de los fallos de Zidane esta temporada fue dar la Copa al Plan B y los jóvenes. Esa decisión le acabó pasando factura al apostar por futbolistas que apenas tenían bagaje juntos y cuya inexperiencia acabó echando en falta un toque de veteranía. Ante el Leganés se consumó la tragedia y Zidane murió en Copa fiel a su idea.
Exigencia en Liga
El gran 'pero' de la temporada. La Champions League arregló un año que se tiñó de negro con el rendimiento en Liga. El Real Madrid se dejó puntos innecesarios y, pese a que Zidane insistió siempre en el campeonato liguero, no supo -o no pudo- transmitirlo a sus jugadores. El equipo se alejó demasiado pronto de los puntos de cabeza y no fue capaz de remontar.
Problemas de concentración
El peor síntoma que sintió el equipo esta temporada y que prácticamente no se pudo paliar en toda la temporada. El Madrid salía desenchufado a la mayoría de los partidos y sufría mucho durante los primeros minutos. El mejor ejemplo fue contra la Juve donde la tensión de los madridistas se disparó tras los tempraneros goles de los bianconeri.