Luka Modric, ese genio para muchos incomprendido. Su llegada a España no fue fácil. Aterrizó en Barajas entre críticas de la totalidad de la prensa deportiva y los que se autodenominan popes y estudiosos del fútbol internacional. Una sarta de reprobaciones a su fichaje por el Real Madrid que no tardó en acallar. Y es que el genio de Zadar es uno de los futbolistas más importantes del conjunto blanco en la actualidad. 

Su fútbol tiene gran parte de culpa de la expansión de la dictadura merengue por Europa. Un juego exquisito que le ha catapultado al Olimpo de los centrocampistas. Él está en lo más alto. Un talento innato desarrollado entre misiles y dramas bélicos de una de las épocas más oscuras de Croacia. 

Sus años en el Madrid han sido más que satisfactorios. Es el rey del centro del campo. El director de orquesta. Cuando Modric estornuda, los blancos se constipan. Ha formado una sociedad con Toni Kroos indestructible, siendo el jugador fundamental de la mejor medular del mundo. Durante este tiempo ni siquiera ha sonado como candidato a Balón de Oro, aunque la situación empieza a variar sustancialmente. 

EL MUNDIAL COMO LANZADERA

Rusia puede ser el punto de inflexión en la carrera de Luka Modric. El croata está capitalizando el torneo. Sus constantes genialidades en los partidos le han puesto en el ojo mediático y, ahora el mundo se pregunta por qué no es un candidato a ganar el Balón de Oro. 

La exhibición del '10' ante la Argentina de Leo Messi ha encumbrado su fútbol. Un gol desde fuera del área que acompañó de un partido sencillamente espectacular. El jugador del Real Madrid ha deslumbrado en una competición que te coloca en el sitio que el fútbol le debe: entre los mejores del mundo. 

Su candidatura para ser parte de la terna de jugadores que competirá por ganar con el Balón de Oro dependerá de lo que consiga la selección de Croacia. Si la arlequinada consigue alcanzar una ronda alta de eliminatorias, las opciones de Luka Modric subirán como la espuma. Un gran Mundial, acompañado de una Champions - la tercera consecutiva -, podría suponer el primer entorchado para un jugador que no es ni Cristiano Ronaldo ni Leo Messi. Mientras tanto, el croata no dejará de sorprender al mundo con su incuestionable capacidad para hacer magia con el balón.