Los ticos mostraron su mejor versión en un inicio supersónico, comandados por un buen Borges y un excelso Bryan Ruíz, que encontraron en Campbell y Colindres dos socios perfectos para lanzar ataques muy dinámicos y presionar muy arriba a su rival, que no encontraba salidas. Suiza achicaba aguas y, parecía, podría tener problemas para clasificarse; sin embargo, un gol de Dzemaili, gracias a una fantástica dejada de Embolo -su jugador más peligroso-, a los treinta minutos de partido frenó el enorme ímpetu de los costarricenses, que no se rindieron en ningún momento y tuvieron su recompensa a la salida de un corner, en el 55'. Watson conectó un testarazo impresionante, contra el que nada pudo hacer Sommer, y puso las tablas en el marcador.

COSTA RICA, INCONFORMISTA

Fue en los minutos finales cuando se desató la locura. Suiza comenzó a ganar terreno y dominó buena parte del segundo tiempo para volver a golpear en el 87', con un gol de Drmic, pero Costa Rica no estaba por la labor de rendirse. Cuando el choque agonizaba, forzó dos penaltis: el primero lo anuló el VAR, el segundo lo transformó Bryan Ruíz, a un minuto de la conclusión de la contienda, para hacer justicia en un partido con hegemonía repartida.

La mala noticia para los pupilos de Petkovic fueron las tarjetas amarillas de Lichsteiner y Schär, que estaban apercibidos y, por tanto, se perderán el partido de octavos. Un encuentro en el que tendrán que verse las caras con una de las grandes sorpresas de este Mundial de Rusia: Suecia, clasificada como primera en un grupo donde había grandes selecciones como México y, sobre todo, Alemania, que ha caído apeada tras perder contra Corea del Sur, será su rival.